Por: Ing. Mario Jaraz
Mientras la gente, la sociedad, los
municipios, las provincias, el país se siguen debatiendo en un maremágnum de
problemas debido a una crisis que desde el gobierno nacional, y algunos sectores que los acompañan, no se quiere reconocer, la Unión Cívica
Radical, o para decirlo con más claridad, un grupo de dirigentes de la UCR de primer nivel, se encuentra en otra
sintonía. No emite señales indicativas de de cual es el rumbo elegido para
lograr que el partido vuelva a ser protagonista y verdadera opción de gobierno
pala sociedad.
Se sigue dando vueltas con candidaturas,
luchas internas y atendiendo la agenda que el gobierno le propone para ver de
qué modo, a partir de ella, lograr
trascendencia o lograr conservar el rótulo de “opositor”.
Los medios de comunicación, que tampoco
son los indicados para determinar cómo debemos construir nuestra estrategia ni
insinuarnos cuál es la que entienden más adecuada, reflejan a diario esta
triste imagen y solo comunican lo que surge de las actitudes que asumen:
incoherencia política, ideológica y de acción.
Así no quisiéramos estar, pero así
estamos y más allá de lo natural que es el cometer errores, cuando la coyuntura
agredió la identidad, la actitud debe
ser el reparar el problema y no permitir la deformación de aquella.
Absolutamente nadie puede quitarle al
Señor Cobos su deseo de presentarse como candidato a Diputado Nacional, como
tampoco nadie puede prohibírselo, pero estoy seguro que nosotros, los radicales
deberíamos ser un poco más exigentes en la elección de nuestros representantes
si queremos mejorar nuestras posibilidades como partido al que la sociedad le
está reclamando fundamentalmente, entre otras cosas, especialmente un retorno a las fuentes de
conducta que la identificaban.
Nadie puede quitarle al Señor Cobos el
mérito de haber sido Vice presidente de la Nación, pero tampoco nadie puede
olvidar que lo hizo con una fórmula del Frente Para La Victoria,
(¿neoperonismo, falso progresismo, línea interna del justicialismo,
kirchnerismo, ...?) acompañando a la Actual Presidente de la Nación, apoyando,
promoviendo y compartiendo un plan de acción y de gobierno ajenos a los
principios radicales, siendo partícipe, por su acercamiento y acompañamiento de
las acciones del entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, que tenía
como fin primero destruir a la UCR.
¿De todo tenemos que olvidarnos? ¿Por qué?
Tampoco olvido que fue el Tribunal de
Disciplina de la UCR, el que le levantó la sanción, supuestamente
ejemplificadora, que anteriormente le
había aplicado, en un fallo orquestado
entre "gallos y medianoche" a instancias de algunos dirigentes que
ansiaban, en ese tiempo, encontrar al "iluminado" que
pudiera venir a cubrir un espacio de liderazgo que por ineptitud, errores o
falta de las condiciones naturales para serlo, no se había podido llenar.
Varios pretendieron vestirlo de héroe y la actitud de sumisión a sus deseos y decisiones, que muchos asumieron mientras continuó estando en el
gobierno, fue una lamentable muestra del desprecio a una histórica línea de
acción radical que siempre priorizó la vigencia de los principios como camino
hacia el fortalecimiento del partido y su identidad frente a coyunturas que
podían significar un posible acercamiento al éxito.
No estoy planteando una campaña en
contra de las pretensiones del Ing. Cobos, sino que su actuación política, por
la trascendencia que la misma tuvo, es un buen elemento para analizar la increíble
ambigüedad en la que se desenvuelve a la
UCR.
Se estaba ratificando, en ese momento, como la cultura peronista instalada en gran
parte de nuestra sociedad, se introducía
cada vez con más consistencia dentro de las filas de la dirigencia de nuestro
partido que desesperadamente buscaba caminos para acceder al poder, sin
brindarle importancia ni a cuales fueran
ellos, que calidad ostentaban, si eran compatibles con nuestra propia esencia,
si el transitarlo nos aseguraba la posibilidad de aplicar todo aquello que el
radicalismo entiende como imprescindible para direccionar al País y la Sociedad
por el camino de la realización. Eran tiempos en los que las concesiones realizadas hasta nos intimaban también al
desconocimiento de nuestros propios símbolos, emblemas y fortalezas. Una de las
consecuencias directas de la
incoherencia con que se estaba manejando el partido, y que aún hoy no se corrige, fue la transformación del gran partido
nacional en una confederación de partidos provinciales. Con el fin de evitar
posibles enfrentamientos se determinó, erróneamente según mi visión, en que se
debían respetar las estrategias territoriales.
Los fracasos electorales y especialmente
el retiro del apoyo de la masa “radical”, no solo fue un castigo a las
equivocaciones, sino también un fuerte
llamado a la reflexión y el cambio de actitudes. Un pedido de respeto de los militantes y adherentes hacia su propia inteligencia, porque no querían más continuar teniendo que aceptar
fórmulas experimentales que lo único que conseguían era acentuar un retroceso
del partido, que lo llevó a tener diagnóstico de desaparición, y la ausencia
de “verdaderos radicales” en espacios de
trascendencia para aportar a la República soluciones reales.
Pero parece que nada cambia. Ya
transcurrieron más de 7 meses desde que los mismos pusieron en marcha el “nuevo
experimento” en la dirigencia del Comité Nacional y todo parece seguir igual.
No queremos que fracasen, queremos que se den cuenta que se deben hacer otras
cosas para que la UCR recupere el espacio de opción de gobierno que
históricamente siempre tuvo en la sociedad. Espacio que no fue ganado a través
de una campaña publicitaria sino de acciones generadas por Radicales que cuando llegaron al poder se esforzaron por ser más Radicales porque esto si les
aseguraba acertar en sus decisiones.
Celebro la presentación del proyecto del
Senador Morales del proyecto de ley sobre la necesidad de recuperar los
Ferrocarriles aún sin conocerlo, pero también quiero que el partido debata y
tome postura sobre temas tan importantes y conflictivos como la Coparticipación
Federal, la seguridad, la educación, los subsidios, el Indec, la necesidad de
rever o reestudiar si está bien o no que las regalías petroleras sean
exclusivamente para las provincias en cuyo subsuelo se encuentra este artículo
tan influyente y los réditos que al Estado le deja la producción de cereales,
en los últimos tiempos especialmente la soja, se repartan entre todas las
provincias del país.
Deseo que se debata y elaboren proyectos
sobre todos y cada uno de los temas que afectan la libertad, la igualdad y la
equidad. Me gustaría que sea nuestro partido el que promueva el debate sobre
las reformas del Código Civil que propone el Poder Ejecutivo.
No pretendo con estas propuestas de
debate de temas en el Partido
transgredir lo que la Constitución Nacional dispone en el sentido de que el
pueblo no debate ni gobierna sino a través de sus representantes, ni invadir el
campo de los legisladores, pero estoy plenamente convencido de que es una
necesidad imperiosa hacerlo para que nuestros representantes expresen el pensar
de todos los radicales y no posturas
individuales que en algunas oportunidades no reflejan el sentir general ni
encuentran fundamentos en la ideología del partido.
Pretendo que nos animemos a cambiar la
forma de hacer política. Que las decisiones se compadezcan con el pensar de un
partido que siente a sus militantes y
adherentes como comprometidos generadores de ideas.
Este simple escrito no es un cuestionamiento al Ing. Julio Cobos por el
mismo, ya que confieso que El Ing Cobos es una persona a la que no conozco y con la que en
una sola oportunidad, siendo yo Vicepresidente 1º del Comité Nacional de la
UCR y el Gobernador de la Provincia de Mendoza, ante la actitud que asumiera de
ignorar la pertenencia de su Gobierno al
partido, le solicité, en una muy corta
conversación telefónica, una entrevista personal que nunca se concretó, lo que
pretendo es que frente al momento que está viviendo nuestro país, la ya muy
próxima posibilidad de producir cambios
en la composición de los Poderes Legislativos de la Nación y casi todas las
Provincias, tomemos conciencia plena y responsablemente miremos y analicemos,
todos y cada uno de nosotros, las acciones que protagonizamos como grupo
político e individualmente, asumamos nuestras culpas, sean estas por acción o
por omisión, y entre todos, repito: entre todos, llevemos adelante las
correcciones que fueran preciso formular y honremos a nuestros antecesores
tratando de parecernos un poquito más a lo que debe ser un integrante de la
Unión Cívica Radical.
Animémonos y asumamos la realidad de que
no estamos funcionando bien y que no estamos logrando despertar expectativas. Solo
esta actitud nos posibilitará cambiar el rumbo. Ignorar, enojarse, denostar,
cerrarse en una única visión, no son las actitudes más propicias para al partido.
Solo
intento aportar mirando la realidad, trato de no engañarme, quiero contribuir a
despejar la verdadera política radical
que últimamente obviamos.
Puedo
estar equivocado en algo o en todo, pero hay algo que me mueve y es la
necesidad de asumir la verdad, que como alguien dijo: “La verdad no es buena ni
mala, solo es la verdad”.
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