viernes, 24 de diciembre de 2010

Alfonsín con empresarios top: “Se desalienta la inversión”

(Artículo tomado de: Clarin.com)

17/12/10

"El aspirante radical para el 2011 dijo que es porque el Gobierno insiste en confrontar".

PorNicolás Wiñazki


CLON. CON EL TONO ENFATICO QUE ESGRIMIA SU PADRE, ALFONSIN EXPUSO AYER SU PLAN ECONOMICO EN LA AMCHAM.

Pasó el primer plato, se levantó, se acomodó en un atril, habló. Ricardo Alfonsín expuso ayer sus planes políticos y sus ideas en el almuerzo tradicional de la Cámara Argentino-Americana (Amcham) en la sede del Club Americano. Lo escuchó un centenar de hombres de negocios, el consejero político de la Embajada estadounidense, Alexis Ludwin; y el segundo secretario político de la Embajada de Gran Bretaña, Ross Matmews. El radical habló de economía, derechos humanos, narcotráfico, inseguridad. También dio su parecer sobre cómo deberían reprimirse los conflictos sociales. Criticó al Gobierno sobre su accionar en todas esas variables.
Alfonsín, por ahora el único en formalizar su precandidatura presidencial por la UCR (Cobos y Sanz aún no lo oficializaron), usó la mayor parte de su discurso para hablar de economía . Dijo que el país vivía un “espiral inflacionario que crece”, y aseguró que los radicales eran quienes mejor podían manejar una escalada en los precios debido a que la sufrieron como ninguna otra administración: “De esas experiencias se aprende”. Su concepto macro fue que el escenario económico mundial nunca “fue tan favorable a la Argentina”, algo que el “oficialismo no ha sabido aprovechar”. Dijo que desde el Gobierno se “confronta, se descalifica y se agrede de manera permanente”, y que eso ayuda a generar escenarios de desconfianza que desalientan inversiones privadas.
Adrián Ramos, coordinador del equipo de técnicos de Alfonsín, dio también un panorama económico.
La exposición de Alfonsín se dividió en dos partes. Una vez que los comensales comieron la entrada (un crepe de camarones), dio un discurso de alrededor de 20 minutos. Después del plato principal (pollo relleno con papas noisette), el diputado contestó preguntas que los invitados le habían escrito en forma anónima. Además de los diplomáticos extranjeros, estuvieron, entre otros, José Irigoyen, presidente del Club Americano; Alejandro Díaz, director de la Cámara Argentina Americana de Comercio; Carlos Truco, director de Relaciones Externas de Telecom y Eduardo Diez, director del Diálogo Argentino Americano.
Varias de sus respuestas que desataron aplausos. Un ejemplo: alguien le preguntó si, además de las víctimas del terrorismo de estado, el Gobierno debía reconocer también las de la guerrilla. Alfonsín no contestó ni que sí ni que no : recordó que durante el gobierno de su padre, Raúl, se enjuició al líder de la Triple A, José López Rega, y también a Mario Firmenich. Después dio su visión -crítica- sobre los subsidios K, las tarifas y el reparto de la coparticipación. No habló sobre la CGT, ni sobre sus rivales en la interna de la UCR.
En general, se mostró esperanzado con el futuro del país. Prometió desarrollarlo si es Presidente. “Voy a serlo”, se alegró.

“Bofetada educadísima de Brasil al mundo”

¡¡¡ NIVEL Y CLARIDAD DE UN POLITICO !!! ¿ Los tienen solos los brasileños...? ¡¡¡Nosotros también, pero...luchemos porque tengan los espacios!!!

Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual Senador de Brasil, CRISTOVÃO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia.
Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.
Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque: Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.
Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.
Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales.
No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país. No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.
Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad.
De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de>Janeiro, Brasilia... cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños,internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda.
Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia.
Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.
Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!

NOTA: Este artículo fue publicado en el NEW YORK TIMES, WASHINGTON POST, USA TODAY y en los diarios de mayor tirada de EUROPA y JAPÓN. Pero en BRASIL y el resto de Latinoamérica, este artículo no fue publicado.
Ayúdenos a divulgarlo.
Gracias

Mujica sigue derramando sensatez

De - OTRAS VOCES - por Gustavo Chopitea

José Mujica (a quien, desde estas mismas columnas, hemos comparado con el "Viejo Vizcacha", del genial Martín Fierro ) sigue regalándonos consejos y derramando sabias enseñanzas. Ocurre que el ex jefe "tupamaro" es sincero y está claramente de vuelta del fanatismo. En el timón del gobierno de su país, responde a cada pregunta simplemente con la verdad. Aunque duela. De frente y desde el fondo de su corazón. Y toma decisiones con la razón y no con la retórica. A diferencia de otros.

Por eso, Mujica recibió a las "Damas de Blanco" cubanas, enfriando de ese modo las relaciones con Cuba. Lo que aplaudiría seguramente el héroe cubano José Martí, que alguna vez fuera cónsul de Uruguay en Nueva York.

También por eso Mujica tiene una excelente relación con el Fondo Monetario Internacional, que oficialmente aplaude (sin reservas) la exitosa política económica oriental que (a diferencia de la argentina) ha maximizado el beneficio derivado del contexto internacional altamente favorable a las exportaciones agropecuarias.

Veamos algunas de sus respuestas, en una entrevista que fuera recientemente publicada en la revista brasileña "Veja":

* --Como ex guerrillero de izquierda, con participación en asaltos y secuestros, usted, ¿puede viajar a los Estados Unidos? --Ya me invitaron --tiene inmunidad diplomática--, pero no pienso hacer ese viaje. Soy un hombre de campo, de provincia. Cuando visité San Pablo y vi toda aquella confusión, quedé con la impresión de que estaban todos locos.

* --¿Se arrepiente de haber recurrido a las armas para tomar el poder? --Cometemos muchos errores y aprendemos de ellos.

* --La presencia intensa del Estado en la economía y otros sectores es uno de los fundamentos de la ideología de izquierda. ¿No es una paradoja que se considere socialista y antiestatizante al mismo tiempo? --La estatización es una solución que fue abandonada. Se trata de una receta perfecta para el desarrollo de una burocracia opresora. Continúo siendo socialista, porque soy enemigo de la explotación del hombre por el hombre. Eso no incluye defender un Estado grande y una administración pública hinchada. Sería un desastre.

* --Usted, ¿defiende la idea de que el Estado cree medidas de control de la prensa? --De ninguna manera. La mejor ley de prensa es la que no existe.

* --¿Qué principios deben ser respetados por un gobierno, sea cual sea su orientación ideológica? --Lo ideal es tener una política muy estable, previsible y cuidadosa, con reglas claras y definidas. Ciertas medidas no deben cambiar de un gobierno a otro. Por ejemplo: cuidar el equilibrio fiscal, mantener una política económica austera y no jugar con la inflación. Son factores que no deberían entrar más en discusión, sea por la izquierda, por la derecha o por el centro. Las divergencias ideológicas se deberían limitar a la mejor manera de distribuir la riqueza. El crecimiento económico es una condición sine qua non para la distribución de la riqueza. El problema es que no siempre conduce a la reducción de la pobreza y de la desigualdad de los ingresos. Un buen gobierno se preocupa por garantizar que eso pase...

Una vez más, es notable lo de Mujica. Por su impresionante claridad y total sencillez, al tiempo de formular definiciones centrales. Lo destacamos como para que no pase inadvertido entre la ola de retórica barata y populismo fácil que inunda a losargentinos desde hace siete años.

VOLVER AL ESTADO DEL DERECHO

(El presente artículo fue escrito hace unos meses pero no pierde su valor. Vale releerlo)

Dr Jose Bielicki
Diputado Nacional ( mc)UCR


El mero enunciado del deseo –Volver al Estado de Derecho- marca en sí mismo el deterioro ya causado por los depredadores del sistema democrático en la Argentina.
Los argentinos habíamos logrado códigos compartidos cuando –por encima de cualquier ideología- sentíamos como un servicio socializado que nos alcanzaba a todos el sentimiento de republicanismo, ya institucionalizado.
Infantilismos setentistas en los que nadie cree han tirado fuerte hacia atrás, de modo que el país se encuentra hoy de cara a cuestiones que se consideraban resueltas.
NO PUEDE SER que se impulse desde la Presidencia de la Nación la confrontación entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación con una provincia que tienen bajo su tutela los integrantes del matrimonio presidencial.
NO PUEDE SER que se aliente una manifestación pública en Tribunales para presionar a la Corte en el tema Ley de Medios y como método extorsivo en la pulseada con Santa Cruz.
NO PUEDE SER que se ampare desde Olivos los actos delincuenciales de Hugo Moyano, apartado por completo de los sistemas de mediación y actuando por mano propia en cualquier disenso gremial.
NO PUEDE SER que se impulse a los estudiantes a que mantengan y multipliquen la toma de sedes educativas, más allá de los elementos objetivos que puedan justificar la protesta.
NO PUEDE SER que aparezca el país amparando a un terrorista que, en Chile, mata a un legislador, y que sea más importante el espíritu infantil de presunta defensa de los derechos humanos que la expresión unánime del pensamiento político de los chilenos.
Son demasiadas las cosas que no pueden ser más en la República. La ciudadanía debe decir ‘basta’, enfáticamente. Es una vergüenza que debamos retornar al rezo laico del prólogo de la Constitución Nacional , que debimos solfear con el Dr. Alfonsín porque salíamos de la noche negra de la dictadura.
Creímos que el estadio de la democracia consolidada estaba logrado. Creímos que ahora, todos, podíamos plantearnos objetivos de desarrollo, de inversión para mejorar nuestras condiciones para atraer inversiones, de códigos comunes a todos para garantizar reglas jurídicas estables y duraderas, de obligarnos a que los organismos de control de gestión quedasen para siempre en poder de las oposiciones cualesquiera fueran… De parecernos a una República, en serio.
Ahora vemos horrorizados que quienes seguimos amando a la democracia pese a las fuerzas depredadoras que están en plena acción, debemos proponernos volver a empezar para reinstalar al país en el sendero de la ley.
No nos van a vencer, aunque intenten lucrar con el hastío de la población. Todos deben saber que la Unión Cívica Radical no está sola en el rol de guardianes de la democracia. Codo a codo, socialistas, coalicion civica, gen, demo progresistas, sectores progresistas de otros partidos y fundamentalmente, peronistas que descreen del kirchnerismo, todos juntos, estamos dispuestos a poner un dique de contención contra la demencia de la ajuricidad que estamos padeciendo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

LA CONVENCIÓN RADICAL Y LA MILITANCIA EN EL CHACO

Escribe: Ing. Mario Jaraz

Por ser delegado al Comité Nacional del Partido la dirigencia local tuvo la amabilidad de invitarme a presenciar el desarrollo de la reunión de la Convención Provincial que por disposición de judicial se realizaría el viernes ppdo. con el fin de ratificar o rectificar la expulsión que el Tribunal de Disciplina partidario le impusiera al Diputado Juan José Bergia.
Pero no fue esta deferente actitud la que motivó mi presencia, ya que aún sin mediar la misma igualmente hubiera concurrido, sino que me movilizaba el interés por observar el comportamiento, la actitud y el humor con que a la misma concurrirían los delegados y tratar de visualizar el nivel de influencia que el ejercicio de la Presidencia de la Cámara de Diputados por el Señor Bergia podía haber ejercido en cada uno de los participantes.
Mi curiosidad se centraba en ver que se priorizaba. El quebrantamiento de disposiciones partidarias o que un hombre del partido ocupe un cargo trascendente como en este caso, la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Provincia.
El concurrir significaba que rechazaba totalmente la versión que intencionadamente se hacía circular en el sentido de que la “estructura” del Doctor Angel Rozas y de la línea “Convergencia Social” actuando imperativamente sobre la gente manejaba su voluntad intimándola a votar a favor de la expulsión de las filas partidarias del Sr. Bergia por representar ella una falta de respeto por la inteligencia e integridad de la gente.
Sobre este tema en particular creo realmente y muchos hechos así lo demuestran, que en este momento y a pesar de derrotas electorales, de críticas reales y ficticias que sobre el mismo, su vida política y sus actitudes se hayan escuchado o conocido, el liderazgo del Dr. Angel Rozas esta sostenido fundamentalmente en la fuerte valoración que la gente tiene sobre su valor político.
Esto puede agradarle o no a muchos o a pocos, pero desde mi punto de vista es la realidad.
Retornando al tema de la Convención, resultó evidente que para la gente es más importante su partido y todo lo que el representa que los circunstanciales hombres que lo integran y sus propias circunstancias, más allá de los muy diferentes grados de valoración que sobre cada uno puedan tener.
Las conversaciones previas mantenidas con los convencionales, y la observación de las actitudes asumidas en el momento de participar del encuentro, patentizaban que la participación de cada uno respondía fundamentalmente a su alto nivel de compromiso partidario y a la responsabilidad que cada uno otorgaba al desempeño del cargo para el cual fuera elegido.
Se notaba que la convicción y el sentido de pertenencia eran los puntales que justificaban las presencias.
Resulta aleccionadora, y esta valoración no contempla en absoluto el resultado práctico de la reunión de la Convención, la actitud asumida por la militancia que una vez más ha demostrado que en muchas oportunidades supera en actitud y aptitud a muchos de sus propios dirigentes.
También estoy convencido de que estos Señores Convencionales reflejan el sentir más puro de todos los demás radicales de la provincia.
La gente demostró que quiere a su partido, que se brinda en cada oportunidad con total desprendimiento y que está dispuesta a seguir bregando para verlo nuevamente con la responsabilidad de dirigir los destinos de la provincia.
La que no debe equivocarse es la dirigencia, porque seguramente un fracaso o retroceso solo se deberá a su propia impericia.
La certeza de una más que evidente recuperación de la Unión Cívica Radical del espacio nacional que le corresponde, se ha transformado en un contagio que llevado al nivel de pasión puede ser presagio de momentos auspiciosos para el accionar de un partido que, para los que compartimos su filosofía y contenidos, deseamos se instale en el manejo de la cosa pública nacional como forma de asegurar un futuro más digno y mejor para todos los argentinos.
Fui a presenciar una reunión de la Convención Provincial que desearía nunca más deba tratar temas como el que tuvo que abordar, y me retiré imbuido de optimismo, porque la actitud de la militancia, de ola gente, corrobora fuertemente el slogan que preside las reuniones partidarias:
“Unión Cívica Radical – Siempre viva”.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El 3 de octubre de 2010, será recordado como el “Día de la Hipocresía Política Argentina”


"Solo le pido a Dios, que haya recibido a Néstor, con la misma alegría con que se lo enviamos".

Por Adam Pedrini (Resistencia, Chaco) -
Diputado Nacional (M.C.) por el Partido Justicialista

Ayer en ambas Cámaras del Congreso Nacional, se llevó a cabo una extensa jornada de palabras homenajeando al ex Presidente fallecido.
Días antes de la muerte de su Jefe, los kirchneristas estaban arrinconados, con fuertes acusaciones de corrupción, sobre valuación de la obra pública, el monopolio del juego que no paga impuestos a las ganancias, pero si lo paga un jubilado, los negocios turbios con Venezuela, el tráfico de drogas etc.etc.

Quienes hacían las denuncias en las audiciones televisivas, en las declaraciones periodísticas y hasta en los tribunales eran los que integraban la denominada “oposición”.
El Jefe de la Asociación Ilícita, el “Capo de Tutti los Capos”, era el que sabemos: Néstor Kirchner, el hombre que dividió a la sociedad argentina en dos.Lo que no pensábamos como él, éramos enemigos y traidores a la Patria.
Ayer 3 de octubre de 2010, será recordado como el “Día de la Hipocresía Política Argentina”Y afirmo esto, porque todos los legisladores, pretendieron aparecer como acongojados por la muerte de quien acusaron desde hace años, de innumerables delitos cometidos contra los intereses nacionales.Hipócritas fueron los legisladores de la oposición, porque ninguno hizo referencia al destino de los centenares de millones de dólares de Santa Cruz, que nunca aparecieron y el ex Jefe, depositó en Suiza.
Fueron hipócritas porque nadie se atrevió a señalar que se enriqueció groseramente desde la función pública, que socavó la dignidad del Poder Judicial de la Nación apretando jueces, transformando a los gobernadores en simples vasallos de sus caprichos, sometiendo a los Intendentes del conurbano bonaerense, que de ángeles nada tienen, a los industriales y banqueros, para conseguir sus fines y seguir manteniendo el privilegio de los poderosos y los amigos del poder.
Hipócritas fueron sus seguidores, los kirchneristas en función de gobierno, porque proclaman como el caso del vergonzoso canciller que tiene la República, que la candidata para el 2011 es Cristina, cuando estaban velando al muerto, mientras entre bambalinas otros personajes del poder, elucubraban situaciones y escenarios futuros y probables, para tener una salida con impunidad.
De la hipocresía no se salvaron ni los Presidentes Latinoamericanos que vivieron al sepelio, que se fueron en elogios, cuando tuvieron fuertes altercados que inclusive hicieron peligrar las relaciones bilaterales, sencillamente porque Kirchner, si no peleaba no vivía.
Muchos se preguntan como seguirá el gobierno. ¿Seguirá en el camino trazado por Kirchner? No tenga la menos duda que así será.
En el acto llevado a cabo por una fábrica automotriz en Córdoba, estaba entre los invitados, el ex secretario de Transportes de la Nación, Ricardo Jaime, mientras carga sobre su mochila con una decena de procesos criminales por entiquecimiento ilícito, cohecho, dádivas, etc.
Son todos, buenos muchachos.
Para terminar, solo le pido a Dios, que haya recibido a Néstor, con la misma alegría con que se lo enviamos.
Yo no soy hipócrita .ante la muerte.

“ LOS MEDIOS BANALIZAN LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y OTROS FLAGELOS”

Por: Gustavo Aramburu
Los malos tratos a mujeres han llamado poderosamente la atención de los medios de comunicación y aparecen frecuentemente en las noticias, La información que se da no siempre es satisfactoria y a menudo adolece de cierto sensacionalismo o de banalizacion.Banalizar la violencia que se ejerce contra las mujeres en la sociedad y el Estado, es una de las consecuencias de la falta de rigor y profundidad en la investigación periodística.La violencia de género es un problema complejo. Las noticias sobre la violencia contra las mujeres deben reflejar dicha complejidad y comprometerse a colaborar en la erradicación de estas prácticas misóginas y lacerantes para todas las mujeres. Es necesario poner al servicio de los medios de comunicación un decálogo para el tratamiento de la violencia contra las mujeres en los medios ya que engeneral los medios, universalmente tratan con torpeza e ignorancia, con sensacionalismo y prejuicio la violencia de género. Es responsabilidad de todas las personas contribuir a la eliminación de este gravísimo problema social, expresión extrema de la discriminación, exclusión y opresión de las mujeres.De la experiencia surgen algunas reflexiones o propuestas:1. Situar la violencia de género en el marco de la violación a los derechos humanos y del ataque contra la libertad y dignidad de las personas: los medios harán hincapié en transmitir este mensaje en las informaciones relativas a esta materia. La violencia contra una mujer no es un asunto ni privado ni individual; es un problema social. Los medios han de ser concientes de que los malos tratos psicológicos y emocionales también son violencia y tienen graves secuelas, a pesar de que se argumente que son difíciles de probar.2. Contextualizar el delito: las informaciones no se limitarán al delito o suceso en sí mismo, sino que tratarán la violencia de género como un grave problema social y educativo. Es importante transmitir la existencia de respaldo social a las víctimas, informando sobre los recursos públicos existentes, grupos de apoyo, servicios destinados a atender a las víctimas, teléfonos de emergencia y pasos básicos a seguir.3 Rechazar la explotación comercial del suceso: no se utilizará a las personas agredidas para explotar comercialmente el caso o para rentabilizarlo con vistas a mejorar audiencias: en todos los casos se buscará únicamente el beneficio social derivado de la actuación informativa. La noticia deberá ser tratada de forma rigurosa y exenta de morbo, dando voz a las víctimas y a personas expertas.4. Luchar contra la explotación sexual y la trata de personas: Los medios reconocerán estas acciones como una variante delictiva de la violencia de género. No emitirán ni publicarán publicidad vejatoria para las mujeres, incluidos anuncios sobre actividades relacionadas con la explotación sexual de las personas.

"EL PODER" *Por: Ing. Mario Jaraz

La proximidad de las elecciones nacionales, provinciales y municipales que se realizarán en el 2011, precedidas por las elecciones internas que cada uno deberá realizar, ha despertado dentro de los partidos políticos, más allá de las simulaciones de consenso que normalmente se pretenden transmitir, una lucha por los diferentes espacios de poder que puede alcanzar niveles de competencia que podríamos calificar hasta de feroces.
Esta puja, que siempre se intentó encubrir con el fin de que la sociedad no perciba los límites a los que la misma llega, expone con toda crudeza y en toda su dimensión hasta donde cada uno de los actores es capaz de llegar por conseguir sus objetivos.
Este momento de la contienda no responde a la desesperación por imponer determinadas ideas o proyectos, sino a intereses personales o de grupos que se plantean como necesidad imprescindible, para dar cauce a sus ambiciones, la derrota de aquellos que puedan significar un impedimento para la concreción de sus deseos.
Este tipo de confrontaciones por el poder que no se rige por normas sino que apela a formas, métodos y argucias informales que no encuentran otro entorno ético y moral que el que cada contendiente prefiera adoptar.
En su devenir se van provocando situaciones cambiantes que abarcan un espectro que transita toda la gama posible de estado de rechazo o aprobación, amigos enemigos, pases, degradaciones, atc.
Mientras tanto, la sociedad generalmente observa indiferente los hechos,
Son pocos los políticos que plantean la lucha desde el espacio de las ideas, exponiéndolas, y alentando el debate como forma de dirimir supremacías. Estos son los que buscan el apoyo de la sociedad proponiendo desde el propio inicio la utilización prioritaria de la razón por sobre la mera acción confrontativa.
Más allá de lo que cada uno pueda imaginar que provoca la búsqueda del poder, resulta interesante bucear, aunque más no sea ligeramente, en los análisis que grandes intelectuales le fueron brindando a este tema tan discutido, apreciado y rechazado como el poder.
Bertrand Russell aceptaba la idea de que el poder, juntamente con la gloria, eran la aspiración más alta y la recompensa más grande de la humanidad.
Max Weber decía que poder “es la posibilidad de imponer la propia voluntad al comportamiento de los demás”, agregando que el uso del poder depende, en parte, de que se mantenga oculto, de que su sumisión no sea evidente a los que la prestan.
La ratificación de este concepto podríamos ratificarlo recordando que el ex presidente de la Nación, Dr. Carlos S. Menem, cuando buscó el poder le planteó a la sociedad un determinado plan de acción y cuando logró, legítimamente, a través de los votos de la gente, la cesión del mismo y pudo acceder al Gobierno de la República, implementó un plan diametralmente opuesto al que le promoviera la adhesión de la gente. La admisión de la mentira a la sociedad fue personal, expresando en determinado momento que si hubiera dicho la verdad de lo que pensaba hacer, “nadie me hubiera votado”.
Esta actitud demuestra que en muchas oportunidades cuando se busca el poder no se repara en los caminos para llegar a él.
John Kenneth Galbraith, en su libro “La Anatomía del Poder”, que en su tapa indica que el mismo es “…para todos quienes deseen comprender el fenómeno del poder, o ejercerlo”, refiere que:”…el poder se somete firmemente a la regla de tres. Hay tres instrumentos para ejercerlo o imponerlo, y hay tres instituciones o caracteres que conceden el derecho a su uso”.
Expone que los tres instrumentos para el ejercicio del poder son:
Condigno: Obtiene sumisión por la capacidad de imponer a lo que la gente percibe como un pensamiento diferente. La aceptación está asociada al temor por el castigo.
Compensatorio: Obtiene la sumisión mediante el ofrecimiento de una recompensa.
Condicionado: Se ejercita modificando la creencia. Es aceptado voluntariamente, sin compulsión, a partir de la educación, etc.
Podríamos agregar que de las tres formas de ejercicio del poder que se determinan, hay una de ellas, el compensatorio, que sin dudas es la que con más precisión podemos decir que fue utilizada en nuestro país en gran parte del siglo XX y lo que transcurrió del XXI.
¿El ejercicio del poder es distintivo de las fuentes que nutren al mismo?
Hay tres fuentes de poder:
Personalidad: Es la cualidad del aspecto físico, la inteligencia, facilidad de palabra, certidumbre moral.
Propiedad: Otorga aspecto de autoridad, certeza de objetivos. Esta asociado con el poder compensatorio.
Organización: Es la fuente más importante del tiempo moderno. Se relaciona directamente con el poder condicionado.
Para el ejercicio del poder se necesita organización.
En los tiempos modernos la personalidad está muy asociada al poder condicionado, con la capacidad de seducir y suscitar fe.
Existen numerosas combinaciones entre los instrumentos y las fuentes del poder.
Los fines por los que se busca el poder son a menudo amplia y reflexivamente ocultados mediante astutas tergiversaciones.
Es importante entender que más allá de todas las causas por las que se quiere ejercer el poder, está el querer tener poder por el poder mismo.
En ningún otro caso de la existencia humana se halla la vanidad sometida a tanto riesgo. Dijo William Hazlitt: “el amor al poder es el amor a nosotros mismos”.
El poder es perseguido no sólo por los servicios que presta a intereses personales, valores o percepciones sociales, sino también por si mismo, por las recompensas emocionales y materiales que su uso provee.
El deseo de tratar de entender la problemática del poder y especialmente de quienes aspiran a ostentarlo, es porque el poder no encuentra su residencia en un solo espacio sino que surge desde diferentes espacios de actividades de gran influencia en la vida de un país.
Formas de gobierno, modelos de desarrollo económico, diferentes concepciones éticas y morales, fueron propiciando diferentes centros de poder, que según su esencia propiciaban un diseño de sociedad acorde a su particular mirada que habitualmente no contemplaba en su exacta dimensión la realidad, el futuro y el destino de los demás integrantes.
Se habla del poder de los industriales, de la gente del campo, del sector financiero, de la prensa, de la salud, del conocimiento, del sector del trabajo, etc., cada uno imprescindible y trascendente en la vida armónica de una república, de una sociedad, cada uno de ellos comprometidos primariamente con su sector y aunque seguramente cada habitante del país pueda llegar a sentirse representado por alguno de los sectores, a la totalidad, al colectivo, al conjunto como tal solo el poder político los contempla y los debe contener y representar.
Es el poder político el que tiene por función la coordinación de los intereses de todos y cada uno, sean ciudadanos individuales, corporaciones o conjuntos, pero lamentablemente, es el que por diversas causas, con menos convicción, capacidad, constancia y osadía, cumplió eficazmente con su papel.
Una situación de mundo que permitió que determinados sectores llegasen a tener más poder que los propios estados provoco una profunda fractura en la sociedad mundial en la cual todavía hoy, la miseria, el hambre, la pobreza, la exclusión, el desempleo, la ignorancia, la marginación, forman parte de la vida de la mayor parte de los habitantes del planeta, más de los dos tercios, que se encuentran sumidos en un nivel de indignidad, solo posible a partir de una debilidad extrema perversamente provocada.
La corrección de esta situación, tanto en el mundo grande como en el pueblo chico, sigue siendo el gran desafío. Para todos los seres humanos que deben tomar real conciencia de una realidad insoportable y especialmente para los partidos políticos, que tienen la obligación de conformar el poder político y que para hacerlo deben saber elegir a los hombres más adecuados.
Y aquí está el porque de la voluntad personal de hablar, aunque muy sucintamente, sobre las características del poder y de los hombres y mujeres que bregan por llegar a tenerlo.
La pretensión no es tomar el tema como sujeto de debate, sino especialmente promover la reflexión individual y despertar en cada uno el deseo y la voluntad de ser más exigentes para con sus dirigentes.
Requerirles conducta, conocimientos, coherencia, lealtad, y la autoridad que surge no de la fuerza bruta que pueda detentar sino de la constancia por trabajar para no defraudar.
De nuestro rigor, depende nuestro futuro. De nuestro deseo de ser protagonistas, la construcción de nuestro bienestar y de la capacidad que tengamos entre todos para saber elegir, la posibilidad de acceder al bien común.
No debemos nunca olvidar: No se vuela como el cóndor solo por tener alas, para volar como el cóndor, hay que ser cóndor.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

“LA MISION DEL VERDADERO RADICAL” - Segunda parte -

Escribe: Ing. Mario Jaraz

Escribíamos en la primera parte de este tema, sobre la necesidad que tiene la gente de la UCR de asumir plenamente y con total convicción que la elaboración de una Plataforma de Gobierno para este momento que esta viviendo el País debe responder plenamente a los principios ideológicos partidarios.
Y este llamado no responde al deseo de ser más original que otros en el planteo, ni a algún capricho pasajero que intente devaluar las cosas que con esfuerzo pueden estar realizando otras personas, sino exclusivamente al convencimiento de que en la observancia de los principios y fundamentos que dieron razón de ser a la existencia del partido se puede encontrar la inspiración necesaria para elaborar las medidas que se deben tomar para lograr las transformaciones que hagan de nuestro País una verdadera Nación igualitaria.

Resulta ineludible transcribir lo que en su libro “MOISES LEBENSOHN – El hombre que pudo cambiar la historia” escribió el ex Diputado Nacional por la Capital Federal Señor José Bielicki al referirse a los acontecimientos que pudieron influenciar en el excelso pensamiento del Dr. Lebensohn, de imprescindible conocimiento para todos los argentinos y especialmente los radicales.
Decía Lebensohn: “...El presidente Roosevelt probó como puede eliminarse la inseguridad humana en el régimen democrático. El New Deal (Nuevo Contrato Social) reorganizó la vida nacional, cuidó la niñez, abrió perspectivas a la juventud, dio trabajo y seguridad a los hogares ante los eventos del porvenir, devolvió la confianza en sus ideales a un gran pueblo y alejó, como dice la Declaración del Atlántico, el miedo a la vida”.
En el mismo libro, en párrafos posteriores, dice Bielicki al continuar relatando los pensamientos de Lebensohn: Resume entonces su programa: “Ansiamos que nuestro partido luche por la democracia, considerada no cual mero régimen electoral, sino como ideal de vida; que se convierta en instrumento de liberación espiritual, forjando conciencias libres; que no eluda ninguno de los problemas del trabajo, la cultura y el bienestar y consagre su preocupación a la formación y futuro de la juventud; que batalle por una Argentina justiciera, libre y humanista, sin hijos y entenados, en las que cada ser humano encuentre amplias e iguales posibilidades de desenvolvimiento de su personalidad y en la que el hombre, en su unidad, el argentino y el extranjero incorporado a nuestra tierra, sea el centro de donde irradien los impulsos y la finalidad vital y ultima de las actividades nacionales”.

¿No son muchas de estas, las falencias que esta viviendo nuestra sociedad?
El innegable mejoramiento global de la economía no está alcanzando a todos los sectores de la sociedad dejando fuera a una inmensa mayoría a las que permanentemente debe asistir con precariedad un Estado que, aún no ha podido restablecer su funcionamiento después del desguase que sufriera en las épocas del peronismo menemista, cuando un perverso neoliberalismo regaba sus inequidades por todo el ámbito de la República.
La precariedad de los sistemas de salud y educación, la falta de trabajo, la inseguridad, la delincuencia, y otros hechos que corroen la vida en sociedad, no son producto de la fatalidad, ni algún designio divino, son una causa directa de un país que no ha podido quebrar el esquema instrumentado por un conservadorismo que durante gran parte de nuestra historia impidió la construcción de las acciones reivindicatorias de la libertad y la igualdad.
No vamos a negar que se están realizando acciones buscando solucionar estas temáticas, pero desde otra visión ideológica, con otra perspectiva de los valores de la realización humana.
Esto es lo que el radicalismo debe anunciarle a la sociedad que viene a cambiar, diciéndole también como y de que manera espera lograrlo.

El discurso radical debe ser orgullosamente pronunciado porque lo que hoy debemos exponerle a la sociedad que deseamos hacer, tiene antecedentes más que contundentes en lo que se hizo cuando se estuvo en el gobierno.

Debemos reflejar como aún la sociedad padece de realizaciones de los gobiernos del Dr. Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear que posteriormente al derrocamiento del Presidente Irigoyen en el año 1930 fueron destruidas o distorsionadas.
Es imperioso mostrar como las fuerzas retrógradas interrumpieron intempestivamente uno de los gobiernos más progresistas que tuvo el país como lo fue el del Dr. Arturo Illia, que sin condiciones externas excepcionales, pero con una gran convicción ideológica y una férrea voluntad republicana, fue instrumentando los cambios y produciendo un crecimiento que aún hoy algunos analistas no alcanzan a entender como se produjeron.
No se puede el radicalismo privar de explicar, todas las veces que sea necesario, que el Dr. Raúl Alfonsin debió asumir el gobierno de la Nación en quizás uno de los momentos en los que mayor peligro corrió la existencia del sentido mismo de su existencia, y si hoy muchos lo denominan “Padre de la Democracia”, deberíamos agregar sin temores que es también el “Padre de la Nueva Convivencia entre argentinos”. Muchos, para sobrevivir politicamente, hacen hincapié en un supuesto fracaso económico, pero se olvidan de analizar cuales fueron las causas y los “personajes” que provocaron dicha situación.

Podemos sintetizar este deseo de ser protagonistas del verdadero cambio revolucionario que la sociedad argentina espera expresando que nos animamos a proponerlo porque tenemos la ideología, los principios y las ideas y porque también somos capaces de demostrar que cuando la sociedad nos eligió supimos encaminar el país hacia un cambio profundo.
¿Por qué todavía no pudimos lograrlo en su integridad y en algunas oportunidades tuvimos que abandonar el ejercicio del poder cuando las sociedad nos había elegido?
A esta pregunta también podemos responderla, pero quizás llegó el tiempo en el que opositores a nuestros gobiernos se animen a contestar con honestidad a la pregunta:
¿Y ustedes que estuvieron haciendo cuando eso pasaba?

martes, 28 de septiembre de 2010

“LA MISION DEL VERDADERO RADICAL”

Escribe: Ing. Mario Jaraz

No sólo el Instituto Radical de Políticas Públicas, sino todas las fundaciones de orientación radical, las comisiones de estudio de las diferentes líneas internas que se encuentran diseminadas a lo largo y ancho del país en los diferentes comités del partido, los adherentes, sin importar cargo o función, en este momento tan especial que esta viviendo la Unión Cívica Radical en el que la sociedad esta observando cual es su propuesta, deben tener como función fundamental centrar su actividad en el estudio de los ejes fundamentales de acción para encarar definitivamente la “Revolución en Paz” que desde el momento de su nacimiento le esta ofreciendo al País y que, de alguna, es la causa fundamental que justifica su existencia.

El radicalismo no puede resignarse a ser un mero corrector de una realidad de país que tanto en lo social como en lo económico no se compadece con lo que marca su ideología.

Es imprescindible la toma de conciencia sobre la necesidad de provocar las reformas que vayan posicionando estructural e integralmente al país en el rumbo de las transformaciones que aseguren que valores tan trascendentes como la libertad, la igualdad y la justicia dejen de ser enunciados constitucionales impracticables para la mayoría de los conciudadanos.

La tenacidad con que se trabaje en la búsqueda de ese estadio significará honrar los fundamentos del radicalismo.

Debemos tener la inteligencia para mostrar que entre nuestro accionar político diario y el objetivo final buscado, existe un hilo conductor que responde exclusivamente a un modelo de país, con un Estado regulador y vigilante, en el cual sólo la voluntad individual es la que promueve las diferencias y no un modelo que por esencia lo provoca.

En una conferencia que pronunció el 16 de julio de 1965 en Buenos Aires, dijo don Gabriel del Mazo: “La Unión Cívica Radical es una fuerza capaz de adelantarse con las innovaciones más intensas y más extensas que sean necesarias en vista de la felicidad del pueblo argentino, pero consustanciadas con la Historia Nacional, con la modalidad nacional y con los grandes anhelos nacionales”.

Cuando hablamos de Revolución no estamos pregonando el uso de las armas que no escatimaron usar los fundadores de nuestro partido cuando en ese entonces ello significaba la única manera de intentar derrocar una línea de pensamiento que tenía al sometimiento de las clases carenciadas y de quienes no pensaban como ellos, como uno de sus principales métodos de subsistencia. Se planteaba lo que se definiera como “la lucha contra el régimen”.

Hoy estamos propiciando la revolución con las ideas, el coraje de enfrentar definitivamente las vallas que nos impiden lograr para todos una República “sostenedora de los valores supremos de la libertad y dignidad de la persona humana y de la justicia como reclamo de la elevación del hombre común al más alto nivel de ejemplaridad y felicidad...”

El Gran Revolucionario de fines del siglo XIX, don Leandro N.Alem, al que nunca le tembló el pulso en los campos reales de batalla, tampoco titubeaba al momento de plantear las luchas por ideales superadores que luego se convirtieron en el gran Testamento Político y se convierten en la concepción doctrinaria de la Unión Cívica Radical, su creación imperecedera.
“Sus valores supremos fueron: la libertad, la justicia, la dignidad, la moral; sus banderas de lucha: el sufragio libre, el federalismo, la autonomía municipal y la soberanía del pueblo; el fuego de su pasión: el hombre desposeído, el pueblo marginado, la Patria escarnecida y sus principio metodológicos: a) La Etica dominando a la Praxis..., b) El impersonalismo..., c)la Intransigencia..., d) La revolución...”.

Todos y cada uno, conceptos que hacen al derecho supremo de los pueblos en la lucha por su bienestar y felicidad.

Estos principios, que todos conocemos pero muchas veces olvidamos, deben ser rectores para la redacción de una propuesta que seduzca a la sociedad, que le brinde la oportunidad de volver a despertar su esperanza y producir apoyo.

Los partidos políticos tienen la obligación de bregar en pro de la sociedad. Cada uno desde su óptica le ofrece a la gente lo mejor de si. Si la UCR cumplió más de 100 años fue por la permanente vigencia de sus postulados a favor de la gente y a ellos es a los que debemos referenciarnos. Sin temores.

Hay que rescatar a la gente de un destino marcado de marginación y resignación.

Nosotros también debemos salir del encierro y la desorientación al que nos llevaron la prepotencia de aquellos que luchan por el poder para profundizar el marco de inequidades en el que se encuentra inserta la mayoría del pueblo argentino. Un modelo en el que el Señor Dinero y sus históricos poseedores se han convertido, por obra de la marginación y necesidad de la gente, en patrones de la dignidad.

En una oportunidad escribió el escritor ruso León Tolstoi: “El dinero es una nueva forma de esclavitud que solo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal; no existe una relación humana entre amo y esclavo”.

Aceptar el desafío de cambiar el estado de situación, para un radical no es una opción, es una obligación.

(*) – Las citas fueron tomadas de: (Dr. Hugo Herrera: El Radicalismo y la desviación doctrinaria)

domingo, 5 de septiembre de 2010

“MO.RE.NA”

“MOVIMIENTO DE RENOVACION NACIONAL”
-El retorno al radicalismo-


Escribe: Ing. MARIO JARAZ

La reunión radical realizada en la ciudad de Córdoba los días 27 y 28 de agosto ppdo. significó, amén del lanzamiento fundacional del Movimiento de Renovación Nacional –MORENA-, el reencuentro de los radicales con la mística radical, el retorno de la pasión militante, la reivindicación de la lealtad y la alegría de la pertenencia de una inmensa cantidad de radicales, que por si y por muchos otros que no tuvieron la posibilidad de estar físicamente, pero si con el corazón, expresaron eufóricamente su complacencia frente a lo que se estaba viviendo.

EL PASADO
Estaban viviendo el regreso de su partido, sentían la emoción de vivir y ser protagonistas de una realidad que no hace mucho tiempo parecía imposible.
Les habían dicho tantas veces que su partido desaparecía, leían otras tantas que lo que representaba la Unión Cívica Radical ya no tenía vigencia; habían escuchado con tanto dolor voces agoreras que pronosticaban el fin de su partido, que muchos llegaron a pensar en determinado momento que quizás aquellos tenían razón, pero, pese a todo, siempre siguieron estando, persistiendo, con esperanza, con fe, no esperando un milagro sino que la fuerza de todo lo que le habían enseñado, todo lo que había aprendido que era "el ser radical", provocara la reacción, la desobediencia a un destino que pretendían imponerle y encontrarse sumando con obstinación resistencia y lucha.

LA LUCHA
Y las cosas se fueron dando de esta manera. Volvía a ser realidad aquello que alguna vez había escuchado: “...las ideas no se matan” y se encontró con alegría que la realidad daba vida a aquel otro dicho popular que expresa “...los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.
La crisis, exhibida como terminal por perversos y pesimistas, comenzó en uno de los momentos más dramáticos que tuvo que vivir el partido como consecuencia de la caída del Gobierno Nacional ejercido por la Alianza que integraba la UCR,

LA RESISTENCIA - EL GESTO
La férrea decisión de un grupo importante de dirigentes, con la presidencia del Doctor Angel Rozas, decidió plantar la bandera de la resistencia y la reconstrucción, acción que comenzó con un gesto sólo posible a partir de principios y convicciones de extrema profundidad como lo fue el pedido de disculpas a la sociedad por parte del Presidente del partido por no haber podido cumplir, en el ejercicio del poder, lo que en la campaña preelectoral se había prometido.
El valor de ese gesto que representaba fielmente el profundo respeto que el radicalismo tiene por la sociedad que le dio vida, fue intencionadamente ignorado por los políticos y poco valorado por una prensa que se había sumado a la crítica que sin ningún tipo de contemplaciones se le formulaba exclusivamente a la UCR ignorando con aviesas intenciones mencionar que en la Alianza que ejercía el gobierno había hombres de otros signos políticos como el Justicialismo, el Socialismo, etc.
Ese gesto llevaba implícito la voluntad de emprender la lucha por no permitir la desintegración y mucho menos la desaparición del partido y era, al mismo tiempo, un llamado a los verdaderos radicales a sumarse.

NO POR CAPRICHO - EL RETORNO
No fue una acción caprichosa sino el convencimiento de la validez de una serie de valores, principios, ideas y conceptos que no habían podido ser superados por ninguna de las otras fuerzas políticas existentes y que su vigencia imponía el compromiso de honrarlos en nombre de los fundadores del partido y como acto de responsabilidad frente a la república y la gente.
El tiempo fue transcurriendo, la obstinación brindó sus frutos y la Unión Cívica Radical pudo volver a posesionarse frente a la sociedad como una fuerza apta para aspirar a gobernar el país, para brindarle las soluciones que se precisan para que la República encuentre el camino que le permita a la ciudadanía colmar sus aspiraciones, para que la Democracia se consolide definitivamente y funcione efectivamente proveyendo siempre elementos que propendan a la libertad y la igualdad real, y para que todos y cada uno de los ciudadanos puedan hacer uso de sus derechos con total naturalidad.

No siempre el camino estuvo regado por pétalos de flores.
Hubo que soportar agresiones, sufrir éxodos, detener la emigración provocada por el descreimiento y la desvalorización, pero todo, con gran osadía, fue superado.

EL NUEVO TIEMPO - MORENA
Concluyó el tiempo de la reconstrucción, el reordenamiento y la organización, llegaba el de la consolidación y recuperación del espacio frente a la sociedad.
El nuevo desafío, representaba también la búsqueda de asegurar una continuidad acorde a una manera de ver y entender la política, el partido político y la Unión Cívica Radical y para lograr ello era preciso juntar todas voluntades que, aún en los peores momentos, se mostraron fieles al mismo abonando permanentemente la esperanza por el resurgimiento, y esta necesidad generó la creación de MO.RE.NA. que llega no para provocar divisiones disolventes, sino para aportar desde una visión diferente al engrandecimiento del partido.
Los pasos que se iban dando, las respuestas positivas que se fueron escuchando, demostraron acabadamente que la decisión era la precisa y la que la gran mayoría de los radicales estaba esperando.
Todo el movimiento que se fue generando provocó el encuentro de Córdoba y la impactante resonancia que el mismo tuvo hacia adentro del radicalismo y de los radicales, indican con total contundencia de que no sólo el camino era el adecuado y esperado, sino también que la culminación de un proceso virtuoso por si mismo al posibilitar el reencuentro entre el radicalismo y los radicales y del radicalismo y la sociedad, dio nacimiento a un nuevo eslabón de la larga historia radical que automáticamente significa el compromiso de la continuidad.
Quienes asi pensamos, debemos ser los custodios de que esta realidad no sea distorsionada, asumiendo la exigencia de volver a posicionar a la Unión Cívica Radical en el espacio más alto de la responsabilidad política.

Movimiento de Renovación Nacional (MORENA)

Declaración de Córdoba surgida despues de un largo e interesante debate

POR UN NUEVO RADICALISMO

Nuestra sociedad parece haber alcanzado un consenso básico en el campo político: la democracia es el sistema en el que casi todos queremos vivir.

Ha desaparecido el riesgo de golpe de estado que tanto condicionó a nuestra existencia desde 1930, pero en muchos aspectos la democracia sigue siendo un proyecto incumplido. Se ha consolidado una democracia electoral, pero la vida democrática no se agota con la transmisión legítima del poder. El sistema padece imperfecciones notables como la baja calidad institucional, enclaves corporativos difíciles de desterrar, cortoplacismo, ineficiencia y arbitrariedad, corrupción endémica y amenazas a la libertad, que afectan la confianza y degradan los principios fundamentales de una democracia republicana.

Pero una democracia moderna no puede limitarse al plano institucional. Ya no se trata de buscar mecanismos que garanticen solamente los derechos de primera generación. Por supuesto, ratificamos la validez del Estado de Derecho en el sentido clásico del término, pero comprendemos que las recetas que sirvieron para alcanzar la participación popular en la decisión política, no alcanzan ahora para asegurar esa misma participación en la distribución del ingreso. Esa cuestión está en la base del constitucionalismo social, pero retomó actualidad en razón de que está técnicamente demostrado que, aún en los países centrales, las políticas neoliberales aplicadas en la década del 90 produjeron efectos de concentración y exclusión que los mecanismos políticos tradicionales no lograron balancear, y esos efectos golpearon con más fuerza en las economías periféricas.

Tenemos que afrontar el problema de la desigualdad sabiendo que la solución no puede pasar por convertir la democracia en una variante doméstica del populismo autoritario. Nuestra propuesta consiste en convocar al pueblo argentino para que protagonice un cambio transformador que nos lleve de la democracia política a la democracia social, evitando el riesgo de un retroceso autoritario y creando las condiciones políticas y económicas necesarias para garantizar una convivencia libre, pacífica y justa.

La sociedad abierta

Las sociedades abiertas promueven un alto grado de permeabilidad social, evitan la rigidez de los límites, favorecen la participación y aseguran el acceso a los bienes llamados preferentes, aquellos que fijan un escalón mínimo de calidad de vida con vigencia universal. Preservan la igualdad y abren espacio para la participación igualitaria de las mujeres, los jóvenes y de todas las minorías, a las que protegen legal y materialmente para respetar la diversidad.

No se trata de un ámbito constituido solo por derechos. La sociedad abierta reclama una obligación esencial: el respeto por el otro en sentido integral. No solo la actitud pasiva de no agredir, sino la solidaria de incluir e integrar. Exige el compromiso activo, la construcción conjunta del destino colectivo, para que la igualdad real constituya la contrapartida necesaria de la igualdad ante la ley.

En definitiva, son las condiciones económicas las que definen las características del orden social. Las políticas de privatizaciones, desregulación y apertura indiscriminada que aplicó el justicialismo durante los 90 nos alejaron del modelo de convivencia que proponemos, porque desprotegieron la industria nacional, favorecieron su extranjerización, instalaron la desocupación estructural como la causa mas eficiente de pobreza y desigualdad, demolieron las empresas públicas e impusieron la ficción de un tipo de cambio rígido que favoreció claramente la especulación financiera.

El déficit del sector público fue cubierto con el endeudamiento que aún hoy, condiciona las decisiones del Estado nacional y le resta capacidad operativa. El gobierno de la Alianza –en el que la UCR tuvo responsabilidad central- no salió a tiempo de la convertibilidad, que estalló en sus manos con efectos dramáticos en el campo social.

En ese escenario, la pobreza y la exclusión se convirtieron en una realidad agobiante –especialmente si tomamos en cuenta que una buena parte de ella recayó sobre niños y adolescentes- que requiere estrategias globales, que el gobierno actual no diseña ni aplica.

Desde el 2003 en adelante, la economía argentina creció a tasas importantes, porque los términos del intercambio la favorecieron. Hoy, las condiciones de los mercados permiten retomar ese camino, luego de la interrupción provocada por la crisis iniciada en el 2008. Pero el crecimiento solo modificó de manera marginal las condiciones sociales, porque el gobierno no hace otra cosa que utilizar políticas de asistencialismo directo que, en realidad, no buscan terminar con la pobreza sino convertirla en voto cautivo.

El crecimiento económico es un ingrediente necesario pero no suficiente para reducir la pobreza. Es condición esencial verificar la calidad del crecimiento para saber a quién beneficia, porque en la década de los 90 sirvió a la concentración del ingreso frente a la neutralidad distributiva del gobierno justicialista, que la favoreció. Hoy, la carencia de políticas redistributivas de mediano y largo plazo, agravada por una inflación que afecta de manera directa a los sectores de ingresos fijos, impide transferir en plenitud al campo social los beneficios de la expansión económica. Además, la vieja cultura rentística de ciertos sectores empresarios orienta la acumulación de capital hacia la especulación financiera, y la inversión reproductiva sufre los límites impuestos por la inestabilidad jurídica, la arbitrariedad en la decisión política y el capitalismo de amigos, pensado para favorecer los planes de apropiación desarrollados por los sectores vinculados con el poder.

La desigualdad también es territorial. Las diferencias de desarrollo regional se han profundizado por la falta de un sistema equilibrado y automático de distribución de los recursos públicos. La debilidad financiera convierte el federalismo en una ficción y a los gobernadores en dependientes del poder central, que los usa incluso para subordinar a los legisladores nacionales. La pobreza de las provincias favorece la migración interna, en un proceso de urbanización espontánea y desordenada que aumenta el desarraigo y la exclusión.

La paradoja consiste en que la pobreza se ha consolidado en un país dotado de enorme riqueza potencial.
No se trata de la imposibilidad natural de producir bienes suficientes: se trata de aprovechar productivamente los recursos naturales y distribuir con justicia los bienes que resulten. Además de su ínsita inmoralidad, la utilización de la pobreza como cantera de voto cautivo implica desaprovechar el talento y la creatividad diseminados en todos los ámbitos sociales.

La política social debe concebirse como condición indispensable de desarrollo económico, razón que lleva a otorgar prioridad efectiva a las metas sociales en la definición de las políticas públicas.

La sociedad abierta necesita el mayor nivel de equidad posible. Si la sociedad beneficia a algunos y quita o excluye a los demás, no será posible vivir en paz y seguridad.

No debemos caer en la progresiva e insensible aceptación de la desigualdad como una situación normal, aunque dure mucho tiempo. Una democracia que tolera la exclusión de una parte del pueblo, ya deja de ser democracia.

El Estado democrático debe ser un actor central en la búsqueda de la igualdad. Su modernización, en tanto productor de leyes, inductor de políticas, garante de derechos y poseedor de legitimidad de origen es fundamental ahora, cuando los efectos de la globalización condicionan su funcionamiento y su poder soberano. El fortalecimiento de sus capacidades técnicas y financieras es condición necesaria para la profundización de su gestión en el campo social. En ese sentido, es esencial dotarlo de los fundamentos científicos y la documentación estadística confiable que sirvan para cuantificar los efectos concretos de las políticas de crecimiento y distribución del ingreso.

En la Argentina de hoy, el combate a la pobreza debe ser el eje articulador de las políticas públicas. La planificación participativa, la inversión pública en salud, educación, vivienda popular e infraestructura del transporte y la política de empleo, deben pensarse y organizarse en función de la igualdad, sabiendo que el trabajo decente es el primer factor de igualación y equidad. En el mismo sentido deben utilizarse los instrumentos de política económica: gasto e inversión, política cambiaria, crediticia, monetaria y presupuestaria.

El Estado solo no puede resolver todos los problemas, pero queda claro que su ausencia los agrava. Uno de los objetivos de la acción estatal consiste en la plena movilización de los recursos privados, en sectores tales como la inversión en investigación y desarrollo; en el aprovechamiento integral de la dinámica expansiva del mercado; en la captación del ahorro de las familias para facilitarles el acceso a la vivienda; en la promoción del trabajo decente y del empleo productivo poniendo fin a la precariedad laboral; en la organización de cadenas de valor y en la búsqueda de áreas de identificación intersectorial que sirvan para coordinar núcleos productivos y potenciar las iniciativas empresariales de alto contenido innovador.

También debe definir, diseñar y aplicar una política demográfica, migratoria y de planificación territorial que preserve la apertura “hacia todos los hombres del mundo” y al mismo tiempo, procure la adecuada ocupación del espacio nacional, amortiguando la tendencia a la urbanización indiscriminada y no planificada que provoca la superpoblación de las grandes ciudades.

La inserción en los mercados internacionales es una condición de sustentabilidad de todo programa de desarrollo. Para que esa inserción sea exitosa hay que partir de una visión del mundo que sirva para definir nuestro sistema de relaciones internacionales, nuestras asociaciones para el crecimiento y nuestro marco de alianzas.

La exclusión y la marginalidad son causas determinantes del nivel de inseguridad que condiciona la vida de todos los argentinos. No se trata de identificar la pobreza con el delito. El problema consiste en que la desigualdad grosera y agraviante favorece la violencia y que, además, los que se sienten afuera del sistema por generaciones sucesivas, no tienen ningún motivo que los lleve a cumplir las leyes y respetar la vida y la propiedad de quienes viven una realidad absolutamente diferente. La expansión del narcotráfico, que parece contar con complicidades políticas y policiales, es ya un componente principal de la violencia.

El delito profesional debe combatirse con buena policía, buen sistema carcelario y buenos jueces. Pero el delito que nace de la pobreza –y que victimiza, en primer lugar, a los pobres- solo se soluciona con políticas sostenidas de integración social.

El valor de las instituciones

La política sirve para organizar la convivencia. La sociedad abierta la organiza por medio de instituciones participativas, reguladas por la ley, sometidas a control de la justicia independiente y conducidas por funcionarios elegidos por el pueblo y responsables ante él. Las decisiones que se adoptan son públicas y ejecutadas mediante procedimientos transparentes. Por supuesto, esas decisiones están sometidas a la libre crítica de la opinión pública, de los medios y de las organizaciones no gubernamentales y deben alcanzar la continuidad necesaria como para producir efectos mensurables.

El populismo autoritario –caricatura deformante de lo popular- no reconoce límites legales y concibe las instituciones como obstáculos que hay que evitar, como “máquinas de impedir”. Concentra y personaliza el poder e interpreta cada crítica como un acto de agresión. Divide el mundo –especulativamente, para ampliar su poder- entre amigos y enemigos y define todo diálogo o acuerdo como un acto de debilidad. Por su propia naturaleza, carece de capacidad para organizar el futuro, porque cualquier proyecto que dependa de personalismos autoritarios, es frágil e inestable.

Pero las instituciones de la democracia deben estar preparadas para encauzar dinámicamente las necesidades de transformación que caracteriza el avance hacia la democracia social. La capacidad de cambio debe ser una característica incorporada al sistema. Es importante que el cambio no sea la consecuencia dramática de cada crisis dolorosa provocada por la inercia institucional o las rigideces corporativas, sino el resultado de una acción deliberada, apoyada en una cierta rebeldía con principios y objetivos que conduzcan a un proyecto con justicia y equidad social.

Debemos resolver la contradicción entre transformación caótica o instituciones rígidas, a partir de una democracia sin dogmas que organice el crecimiento incluyente, con vocación innovadora también en el plano estrictamente político.

Está definitivamente probado que las instituciones que funcionan con regularidad y demuestran plasticidad frente al cambio, favorecen el crecimiento económico y el desarrollo social.

Cuando decimos que es importante acostumbrarse a la rutina de la democracia, debemos descartar la idea de una forma de vida monótona y formal. Por el contrario, la consolidación definitiva de la democracia social se producirá cuando estemos colectivamente dispuestos a correr, todos los días, el horizonte un poco más allá,

El futuro como dimensión necesaria

En la Argentina de hoy, el futuro parece no existir, en cuanto construcción premeditada del mañana. El gobierno solo actúa sobre la coyuntura. Su único proyecto es la conservación del poder. Sus alusiones al futuro son nada más que retóricas, porque carece de un trabajo sistemático que programe el desarrollo nacional.

Algunas áreas específicas son una nuestra acabada de especulación e improvisación irresponsable: la situación que atraviesa el sector energético es un ejemplo absoluto, más aún si tomamos en cuenta el valor de la energía en el mundo globalizado. La Argentina debe respetar los nuevos desafíos del Cambio Climático, el resguardo y cuidado de los ecosistemas, la protección de la fauna y la biodiversidad en sintonía con el desarrollo sustentable.

Pero la educación es el sector donde el abandono alcanza niveles colosales. La crisis de la escuela pública compromete el porvenir de generaciones enteras, porque impide concretar la función incluyente del conocimiento que sirve para la libertad, para el crecimiento personal, pero también como aporte imprescindible para la creación de riqueza.

La decadencia de la enseñanza provista por el Estado agrede el más elemental sentido de justicia social, porque excluye a tantos, en una etapa en la que la comprensión y el manejo de la tecnología es un factor sustancial para mejorar la calidad de vida e impulsar el desarrollo económico. La situación de la educación pública en la Argentina de hoy, es perfectamente compatible con la condición clientelar en la que el gobierno recluye a muchos de nuestros compatriotas.

Debemos recuperar el futuro como dimensión necesaria. Para profundizar nuestro sentido de pertenencia a la Nación que, en esencia es un proyecto de vida compartido. Para construir una sociedad integrada, moderna en cuanto a las ideas que maneja y justa en la distribución de los frutos del trabajo. Tenemos que hacerlo ya mismo, porque el tiempo perdido no se recupera y el perjuicio causado a quienes están privados de formación y de conocimiento, es irremediable y afecta su vida entera. Nuestro futuro tiene que ser el de una sociedad libre de toda dependencia política y de toda necesidad material.

El Morena en la Unión Cívica Radical

La dispersión que sufrió el sistema político, debilitó la democracia. Es cierto que desapareció el golpe de estado tradicional, pero surgió un riesgo distinto, más insidioso por menos visible: la mezcla de desarticulación social y de falta de instrumentos de protección que produce en el hombre de todos los días la sensación de que está abandonado a su suerte. En materia de seguridad pública, esa intuición causa un efecto demoledor en términos de cohesión social, porque confirma la idea de que el Estado no cumple ni siquiera su función básica de monopolizar el uso de la fuerza y preservar la vida y el patrimonio de los ciudadanos.

Los partidos políticos, en tanto organizaciones que compiten por el poder, recibieron de lleno el impacto producido por ese fenómeno social de desconfianza. Se convirtieron en promotores de candidaturas individuales y su fragmentación los transformó en fuerzas territoriales sin proyección nacional. El país necesita una reconstrucción del sistema político, que lo fortalezca y le otorgue eficiencia operativa, única manera de recuperar la confianza del pueblo.

Nuestra función como movimiento interno consiste en devolverle a la UCR su condición de fuerza nacional y federal, garantizar su unidad de pensamiento y acción, impulsar la renovación de sus ideas, sus métodos y su dirigencia y colaborar en el diseño y la construcción de coincidencias de fondo con otras fuerzas políticas y sociales que nos lleven al gobierno en el 2011 y a partir de allí, garanticen las transformaciones de fondo que Argentina necesita para convertirse en una nación libre e igualitaria.

En la política argentina actual, ya no sirven los proyectos personales. La personalización extrema hace que –demasiadas veces- el comentario cuasi frívolo reemplace el debate y la crítica objetiva. Nosotros ratificamos el valor de las ideas y sin despreciar a los actores políticos, queremos encontrar en los valores y los principios, la razón profunda de nuestra militancia.

La vigencia y la representatividad de la UCR depende de su utilidad social, de su capacidad para responder a las necesidades del pueblo. No es útil un partido cerrado, chico, meramente superestructural. El futuro de la UCR depende de la reivindicación de su origen popular, como plataforma legitimante del camino de transformación. De esa única manera, cumplirá con su destino histórico.

En 1983 los radicales pudimos arraigar en la conciencia de nuestro pueblo la convicción de que el autoritarismo le había robado al país un ideal de porvenir y logramos recuperarlo.Era entonces el ideal de una democracia que podría renovarse sin interrupciones, el ideal de la vida y la paz recuperadas, el ideal de descartar definitivamente la violencia de nuestra cultura política, el ideal del “Nunca Más”, como ejemplo de valentía y apuesta heroica por la justicia y la razón.

Hoy también nos convoca la tarea de recuperar para los argentinos un ideal del porvenir, de progreso y bienestar. La tarea de recuperar la esperanza y la dignidad de la gente. De construir un régimen de convivencia y de respeto recíproco, donde los ciudadanos puedan convivir en un entorno estable, previsible, seguro y pacífico.

Es hora de recuperar la democracia como civilización. Porque sin responsabilidad ni seguridad ciudadana no puede ejercitarse ninguna libertad. Porque la armonía y la paz siempre son consecuencias de la justicia. Y porque sin vigencia de la ley y las instituciones no habrá desarrollo sostenido en el país.

Es hora de ejercer los atributos de la Constitución y construir un país realmente federal. Con una auténtica división de poderes. Con absoluta libertad de expresión y de prensa. Con mecanismos efectivos de control ciudadano y lucha contra la corrupción. Con políticas sociales que tengan transparencia, de racionalidad y equidad.

El país necesita una revolución democrática. Será una verdadera revolución. Pacífica, gradual y negociada con fuerzas afines. El país se debe estos cambios y nosotros vamos a abrir el camino para hacerlos realidad. Con estas esperanzas encendidas afrontaremos el reto de sumar fuerzas para sostener la consistencia ética necesaria del pensamiento y el discurso político con una voluntad social viable y los instrumentos de acción que las materialicen en la práctica.

Es hora, en definitiva que todos los argentinos tengamos la posibilidad de resolver en un marco de pluralismo, de respeto y libertad, las cuestiones más críticas para el futuro de la Nación argentina.

Con el Movimiento de Renovación Nacional queremos hacer del radicalismo en su conjunto, la fuerza convocante de una gran causa reparadora nacional y recuperar para los argentinos un ideal de porvenir. Nuestro Movimiento nace con el propósito de conducir el Partido, para las elecciones del 2011, en un sentido que pueda conquistar a las mayorías populares, ser Gobierno y servir a la República auspiciando de entre sus filas al futuro Presidente de la Nación.

El MORENA va a poner en valor el haber custodiado al partido evitando su dilución. Por ello el candidato radical será aquel que resistió al fenómeno de la diáspora y los aviesos intentos de captación por parte del gobierno. Se trata del candidato del radicalismo que mejor interprete la aspiración del pueblo por un cambio progresista y popular, y que lleve adelante un programa de movilización y confianza, que conduzca a la generación del bicentenario en la vanguardia de un proceso de consensos.

Tenemos para ofrecerle al país un partido de principios, un programa transformador y candidatos de convicciones.

Despojados de toda arrogancia y de todo prejuicio trabajemos, estudiemos y preparemos juntos a nuestros compatriotas para afrontar los desafíos del nuevo país del futuro.

Por un Nuevo Radicalismo. ¡Adelante Radicales!
Córdoba, 28 de Agosto de 2010

jueves, 22 de julio de 2010

¿INTERESA HACER UN ANALISIS ETICO DE LAS ACCIONES POLITICAS?

-Un tema a propósito de la discusión sobre las reelecciones-

Por:Magíster Ester A.Staroselsky de Jaraz

En política es aceptado como algo tácito que una buena forma de hacer política es ser “pragmático”. Consideran que es algo innecesario hacer análisis teóricos o alguna consideración conceptual porque eso es “sólo” una pérdida de tiempo. Lo importante es saber estrategias que una vez aplicadas consigan votos seguros. Cada militante se mide en razón de los cálculos materiales de cuánta gente es posible que le otorgue su voto. A su vez el que otorga el voto espera de su representante que éste le reconozca su apoyo mediante el cumplimiento de cualquier tipo de regalía, según se trate del caso.
Todo este modo de actuar es algo aceptado como algo propio y “natural” de la actividad política, casi nadie la cuestiona. Este modo de actuar consensuado es lo que consideramos el modo moral de actuar de una persona. Lo consideramos moral porque se constituyen en normas de nuestro comportamiento, aún cuando no estén escritos y formalmente aceptadas por la sociedad.
La característica de los comportamientos morales es que son propios de cada grupo social, varían con el tiempo, son imperativas, es decir no se cuestionan sino que la sociedad exige un cumplimiento ciego de ellas y tienden a ser celosamente conservadas, pretendiendo no ser nunca modificadas, sobre todo porque son beneficiosas para los grupos dominantes. Interesa también destacar que entre las características de las normas morales que se traducen en códigos de comportamientos, como son el resultado de la acumulación de las experiencias sociales pueden coexistir a la vez en el mismo tiempo, normas contradictorias. Como es el caso de que en nuestra época lo característico en cuanto a la norma vigente es intentar siempre violar las normas. Lo descrito más arriba es un caso típico de código contradictorio. Declaramos ser respetuosos de las normas morales pero de hecho vivimos violándolas con la justificación de que todos lo hacen y que solamente los soñadores, inocentes y “tontos” son los que pretenden cumplir con las normas positivas de un orden democrático que pretende buscar la participación de todos los ciudadanos y así lograr para todos el equilibrio de la justicia social.
El beneficio que logramos con el respeto de los códigos en sentido positivo y no violatorio es que este modo de actuar permite acumular y condensar experiencia social porque se supone que permitirán la supervivencia del grupo. Lo negativo de ellos es que, si paralelamente la sociedad no permite que se renueve a través del cuestionamiento de las nuevas generaciones, se asfixia y muere, tal como históricamente sucedió con grandes civilizaciones que levantaron poderosos imperios.
Nosotros, sin embargo nos consideramos hijos de las revoluciones que dieron origen a la cultura moderna cuya característica principal es que su centro de preocupación es el hombre y su vida en el planeta.
Esa cultura, el principal lema que nos enseñó fue la nueva manera de encarar las conductas morales: antes de actuar se deben sopesar todas las posibilidades y elegir mediante la razón aquella norma que aplicada a cada situación, no solo represente el mayor beneficio individual y grupal, sino que también implique el menor daño posible como consecuencia de su actuar. Si bien en otros países se considera que esta cultura está perimida o cuestionada y ya está vigente otro tipo de cultura, los latinoamericanos todavía nos reconocemos, al menos en nuestros discursos, como hijos de la cultura moderna aunque en realidad, nos parece, como está dicho al principio de este articulo, tonto y pueril “pensar y luego actuar”.
Sin embargo hay algo que quedó plantado como una semilla de esa cultura y es, que hace muy poco tiempo surgió una disciplina filosófica que se llama Etica que intenta florecer y dar frutos en medio de la crisis de todo orden que vive nuestra cultura. Intenta por medios racionales encontrar un camino en que las normas de nuestros comportamientos surjan por análisis racional y por consenso de todos los ciudadanos en un plano de igualdad.
El otro fruto de esa cultura es la forma política de la democracia que coincide, en sus fundamentos, con las intenciones y objetivos de la ética. En resumen, se trata de no ser maquiavélicos en el sentido de que en la política no es posible la consideración ética de los conflictos. La democracia y la ética, al depender del uso de la razón en el sentido de análisis crítico y del consenso de los ciudadanos son por ello muy frágiles.
El resultado de largos períodos históricos, hablando en este caso ya de la Argentina específicamente, de políticas educativas que sobrevaloraban lo práctico por sobre lo teórico, ideológico o como lo quieran llamar, dio como resultado que esa aspiración de la posibilidad de conductas racionales y consensuadas en el conjunto de la sociedad, hoy sean imposibles de practicar. El peligro de las conductas prácticas, sin análisis crítico previo por parte de los ciudadanos es que son “ciegas”, en el sentido de que no tenemos ningún tipo de idea de cuales pueden ser las consecuencias de nuestras decisiones y entonces no creernos responsables de ellas. Y…ser ético es precisamente poder tomar tales decisiones de modo tal que tengan en cuenta la posibilidad de prever sus consecuencias y su impacto en la vida de todos los ciudadanos.
¿A cuento de que hicimos esta introducción tan larga y abstracta y desvalorizada por la mayoría de los ciudadanos?
Hoy estamos ante una situación que se está planteando en la sociedad, de que los que están en funciones, ya sean legisladores, funcionarios, etc. aspiren a ser nuevamente reelegidos o aunque más no sea continuar en otra área, prolongando una estadía que en muchos casos ya es muy larga…Si consideramos lo que analizamos más arriba, cae de maduro que no sería ni ético ni conveniente para la democracia que ello ocurra.
Ya lo afirmamos anteriormente, la ética y la democracia son muy frágiles y la sociedad solo tiene una chance de seguir progresando, sólo si permanecemos fiel a los principios éticos y democráticos: permitir la renovación constante de los funcionarios que ocupan los cargos electivos para que así cada ciudadano pueda a la vez participar y hacer sus aportes y con ello sentirse responsable de las consecuencias de sus decisiones.
Tal vez eso parezca algo pueril para quien toda su vida tuvo como valioso “ser prácticos”. Pero, el momento de la historia que estamos viviendo es único y distinto de todas las otras porque las decisiones que tenemos que tomar se enfrentan con desafíos que si no son debidamente analizados sus resultados pueden ser catastróficos. Los desafíos a los que nos referimos son por ejemplo que los llamados “países subdesarrollados” o pobres representan hoy la posibilidad de innumerables fuentes de riqueza, entre ellas la de un elemento tan vital como el agua del que irónicamente los países “desarrollados” o ricos son pobres, al igual que en otro tipo de riquezas. ¿Cómo defenderemos nuestro patrimonio si permitimos la continuidad de viejos hábitos viciosos que regalan alegremente nuestro patrimonio? La constante renovación y participación de la mayor cantidad de ciudadanos es un imperativo de la hora que vivimos y también es imperativo la creación de muchos nuevos espacios que permitan la participación de grupos etarios a quienes hasta ahora no eran tomados en cuenta, como por ejemplo los niños. ¿Por qué no? Si el futuro es de ellos no nuestro.




sábado, 17 de julio de 2010

“LA PUERTA CERRADA”

Por Ing. Mario Jaraz

Cuando se aproximan los tiempos electorales en los diferentes partidos políticos se comienza a plantear un tema al que cada uno intenta formularle la respuesta más adecuada condicionada a la situación particular que este atravesando.
El tema, que en realidad en un problema cíclico, es simple y aunque se los pretenda presentar de características diferentes, todos responden a una misma causa-problema: “Los que ocupan los cargos que se pondrán a disputa por terminación de los mandatos y los que quieren acceder a esos cargos”. Los que están no quieren irse, salvo que visualicen la posibilidad de llegar a un de categoría superior, y los que aspiran a tener una oportunidad y encuentran vedada la posibilidad porque nunca terminan de completar los requisitos que los grupos de dirigentes con mayor poder les exigen, que en el fondo sólo significan una defensa a quien está porque casi siempre forma parte del grupo.
Los reglamentos que cada partido posee para normar las acciones internas tendientes a promover la mejor representación son utilizados por cada uno de los pretendientes conforme a sus propios intereses, causa por la cual, habitualmente se termina obviando la esencia de su dictado, cuya pretensión fundamental de asegurar el espíritu de la “cristalinidad” de los actos, es habitualmente transformada en instrumento legitimador de situaciones contrapuestas a la intrínseca razón de ser de los partidos políticos, visualizados estos como instrumentos aptos para brindar a la sociedad los mejores hombres, asegurar las posibilidades de participación de todos sus adherentes conforme a sus propias capacidades, amén de los valores doctrinarios, principistas y programáticos que debiera asegurar poseen los candidatos. Situación esta última que debe sintonizar similar onda entre ambos actores, partido y representantes. Aseveramos sobre esta necesidad porque son demasiadas las oportunidades en las cuales en nombre del aporte de un teórico caudal importante de votos se entregaron importantes espacios a figuras que normalmente durante su actuación tuvieron un comportamiento poco acorde a los postulados por el partido.

Otra causa que a medida que fue transcurriendo el tiempo adquirió gran relevancia en la lucha por los espacios fue que el ejercicio del cargo público político empezó a transitar cada vez mas cerca el camino de una “salida laboral” y “espacio de seguridad económica” para muchos, dejando de lado el “sentido vocacional” y absolutamente “eventual” con que se definiera al mismo en otras épocas de nuestra historia.

Intencionadamente dejamos fuera de la consideración el tiempo de los grandes “caudillos” que eran los que haciendo uso de su poder determinaban de forma totalmente arbitraria y a su exclusivo gusto a todos y cada uno de los que debían ejercer los diferentes cargos, aún cuando todavía subsiste en los partidos determinado grado de obsecuencia y aceptación silenciosa a los mandatos de los dirigentes de más peso político.

Pese a que vivimos épocas de democracia que obligarían a la utilización de métodos absolutamente claros, rigurosos y democráticos para la designación de los candidatos, las costumbres, en muchos casos interesada e intencionadamente planificada, fueron incorporando nuevas herramientas de valoración que posibilitaban vestir determinadas designaciones con la aureola de la “conveniencia partidaria” induciendo de esta manera una aceptación masiva sin cuestionamientos.

Una de ellas, “el aprovechamiento de la experiencia “de quien esta o estuvo impuso supremacía sobre las posibles características positivas que otros aspirantes pudieran exhibir.

Al juego se incorporó también, con mucha prepotencia, un nuevo elemento de evaluación: “Las encuestas”.
Los resultados de las mismas que dicen reflejar la opinión de la sociedad, tienen la rara aptitud de convertirse en armas propicias para manejar y predisponer la voluntad de la misma.

Resulta realmente insólita la subordinación que a sus informes solamente probables o con cierto porcentaje de probabilidad tienen muchos políticos evitando efectuar algunas consideraciones que resultan imprescindibles si se desea que las mismas tengan una incidencia solamente objetiva en las decisiones a adoptar.

Cuando se mide el nivel de consideración social que determinados candidatos tienen en la opinión pública, normalmente quienes encabezan las posiciones son quienes están o estuvieron ocupando cargos y espacios de trascendencia por sobre aquellos aspirantes cuyos deseos se sustentan casi exclusivamente en sus conocimientos y sus habilidades ya que en muy pocas oportunidades los partidos políticos construyen los espacios propicios para que nuevas figuras puedan ser conocidas por la sociedad.
Y este resultado es factible, porque quien esta ocupando un cargo público cuenta a su favor con diversos elementos que resultan de gran importancia para que ello suceda. Han sido elegidos para estar en contacto con la gente al ejercer sus funciones. Los medios de prensa se ocupan casi con exclusividad de lo que algunos de ellos hacen o dejar de hacer. El Estado les abona un sueldo y los dota de otros elementos para que desarrollen este trabajo (obviamos decir vocación porque hace ya tiempo que no es así). Y una persona que goza de estas y otras posibilidades es lógico que demuestre supremacía numérica en cualquier consulta que se le formule a la sociedad sobre el grado de aceptación que la misma tiene de los distintos pretendientes a ocupar un determinado cargo.

No estamos intentando denostar a las encuestas, sino que pretendemos se le de a las mismas el verdadero valor que corresponde y tratar, con todo respeto y quizás demasiado elementalmente sobre el manipuleo, si se quiere hasta interesado, que de sus resultados se puede realizar. Lo hacemos porque deseamos un verdadero salto de calidad en los resultados que otorgue la política, por el crecimiento de los partidos políticos, de los políticos y especialmente de la sociedad que merece ser representada por los hombres que acepten dar lo mejor de si para cada una de las funciones y también porque estamos convencidos que la democracia exige la continua renovación.

El tan pregonado concepto: “igualdad de oportunidades” debe ser una norma sobre cuyo cumplimiento y aplicación los partidos políticos deben ejercer una especial custodia y en el caso que estamos planteando tienen la obligación de que el mismo sea una realidad palpable, caso contrario estaríamos ejerciendo discriminación para con aquellos que no fueron, no son y alguna vez desean ser y privando a la sociedad de la contribución de una mayor parte de los ciudadanos.

Si con inteligencia en los partidos políticos se determinan formas, métodos y maneras de designar candidatos que aseguren la constante y permanente rotación de hombres; si se pregona y enseña que la necesaria activa participación de todos en la política no debe indefectiblemente derivar en la ocupación de un cargo público sino que para acceder a ellos es imprescindible aparte de conocimientos específicos tener la vocación para hacerlo y el convencimiento pleno de la transitoriedad de los mismos, desde la política se estará dando un paso sumamente importante para recuperar el respeto por la política y especialmente por los políticos.

Se estarán realmente abriendo las puertas que hoy, aunque a muchos les cueste reconocerlo, se encuentran cerradas.-

REFLEXIONES SOBRE EL RADICALISMO PORTEÑO

Por: Dr. GUSTAVO ARAMBURU

En pocos días se cumplirán 120 años de la gesta la Revolución del Parque, el hito inicial de nuestra historia partidaria esta íntimamente vinculado a nuestra Ciudad.
El radicalismo capitalino supo dar dirigentes de la talla de Leonidas Anastasi, Giufra, Belnicoff, Rabanal, Sancerni Jimenez, Cattaneo, Pedro Bidegain, Zarriello, Liborio, Saguier, Osvaldo Benedetti, Arturo Mathov entre tantos otros.
Le toco asimismo conducir la Ciudad, cumpliendo muy buenas administraciones como la del citado Saguier, la de Facundo Suárez Lastra, la de De la Rua y la de Olivera.
Luego del 2001 persiste en un estado critico, no acompañando del todo la profunda resurgimiento que se da en nuestro partido en todo el país.
El radicalismo metropolitano, siempre fue un partido de poder y de gestión en la Ciudad, su militancia tiene un especial tinte prebendario, que asumo se agravo hacia 1983 hasta la fecha. Alejados del poder, la militancia radical se hizo ibarrista, telermanista, kirchnerista y macrista, a la par de quiénes partieron hacia experiencias como la de dos ex radicales como Lilita y Ricardo López Murphy que ofrecían mejores chances electorales que permanencer en la organicidad partidaria.
El radicalismo metropolitano sufre la diáspora en la lejanía del poder y parece que solo se encolumna tras la posibilidad de verlo cercano.
A este pecado digamos original, se unen circunstancias que no son tampoco menores, el internismo atroz que hace que en una interna vote mas gente que en la general, donde en una oportunidad peleamos codo a codo con Zulma Faid, en esa misma campaña los candidatos hacían sus actividades abandonados a su suerte.
Nuestros dirigentes tienen agenda nacional y pocas veces metropolitana o cercana a los intereses o preocupaciones cercanas a sus vecinos.
No es que la gente no escucha al radicalismo es que antes el radicalismo dejo de escuchar a la gente.
Hay radicales, los hay en clubes de barrio, en ONG, en colegios profesionales, en sindicatos, no solo dotarían al partido de una mayor militancia sino que brindarían un aporte temático y programático fundamental para los tiempos que vienen.
El macrismo nos robo los votos, y Pino nos robo el discurso, uno y otro son recuperables, apostando a una militancia comprometida con la reconstrucción y no solamente a la vidriera individual y ocasional de una elección.
La UCR metropolitana debe decidir entre la subsistencia o la recuperación que no son sinónimos, en la calle, auscultando la calle como solía decir Ricardo Balbín, metiéndonos en los temas que hacen a la cotidianeidad de sus vecinos.
El radicalismo metropolitano debe dejar de esperar el Mesías en cada evento electoral, debe salir a la calle y a la pelea política cotidiana haciendo suya la frase de Don Ricardo Balbín "Para los radicales el pueblo no es algo que se mire, se valore y se proteja como exterioridad; el pueblo somos nosotros mismos, esa totalidad que sufre y sueña, que protagoniza su quehacer y su destino en cuya entraña sentimos, pensamos y vivimos, sin retacear problemas colectivos”.
Hay en nuestra Ciudad gente sin techo que muere de frío, hay desalojos, hay contaminación ambiental, inseguridad, ineficiente transporte público, aulas sin gas, hay una ciudad que este neoconservadurismo ha dividido en dos a través de la Avenida Rivadavia. Radicales porteños ya es hora.