sábado, 17 de julio de 2010

REFLEXIONES SOBRE EL RADICALISMO PORTEÑO

Por: Dr. GUSTAVO ARAMBURU

En pocos días se cumplirán 120 años de la gesta la Revolución del Parque, el hito inicial de nuestra historia partidaria esta íntimamente vinculado a nuestra Ciudad.
El radicalismo capitalino supo dar dirigentes de la talla de Leonidas Anastasi, Giufra, Belnicoff, Rabanal, Sancerni Jimenez, Cattaneo, Pedro Bidegain, Zarriello, Liborio, Saguier, Osvaldo Benedetti, Arturo Mathov entre tantos otros.
Le toco asimismo conducir la Ciudad, cumpliendo muy buenas administraciones como la del citado Saguier, la de Facundo Suárez Lastra, la de De la Rua y la de Olivera.
Luego del 2001 persiste en un estado critico, no acompañando del todo la profunda resurgimiento que se da en nuestro partido en todo el país.
El radicalismo metropolitano, siempre fue un partido de poder y de gestión en la Ciudad, su militancia tiene un especial tinte prebendario, que asumo se agravo hacia 1983 hasta la fecha. Alejados del poder, la militancia radical se hizo ibarrista, telermanista, kirchnerista y macrista, a la par de quiénes partieron hacia experiencias como la de dos ex radicales como Lilita y Ricardo López Murphy que ofrecían mejores chances electorales que permanencer en la organicidad partidaria.
El radicalismo metropolitano sufre la diáspora en la lejanía del poder y parece que solo se encolumna tras la posibilidad de verlo cercano.
A este pecado digamos original, se unen circunstancias que no son tampoco menores, el internismo atroz que hace que en una interna vote mas gente que en la general, donde en una oportunidad peleamos codo a codo con Zulma Faid, en esa misma campaña los candidatos hacían sus actividades abandonados a su suerte.
Nuestros dirigentes tienen agenda nacional y pocas veces metropolitana o cercana a los intereses o preocupaciones cercanas a sus vecinos.
No es que la gente no escucha al radicalismo es que antes el radicalismo dejo de escuchar a la gente.
Hay radicales, los hay en clubes de barrio, en ONG, en colegios profesionales, en sindicatos, no solo dotarían al partido de una mayor militancia sino que brindarían un aporte temático y programático fundamental para los tiempos que vienen.
El macrismo nos robo los votos, y Pino nos robo el discurso, uno y otro son recuperables, apostando a una militancia comprometida con la reconstrucción y no solamente a la vidriera individual y ocasional de una elección.
La UCR metropolitana debe decidir entre la subsistencia o la recuperación que no son sinónimos, en la calle, auscultando la calle como solía decir Ricardo Balbín, metiéndonos en los temas que hacen a la cotidianeidad de sus vecinos.
El radicalismo metropolitano debe dejar de esperar el Mesías en cada evento electoral, debe salir a la calle y a la pelea política cotidiana haciendo suya la frase de Don Ricardo Balbín "Para los radicales el pueblo no es algo que se mire, se valore y se proteja como exterioridad; el pueblo somos nosotros mismos, esa totalidad que sufre y sueña, que protagoniza su quehacer y su destino en cuya entraña sentimos, pensamos y vivimos, sin retacear problemas colectivos”.
Hay en nuestra Ciudad gente sin techo que muere de frío, hay desalojos, hay contaminación ambiental, inseguridad, ineficiente transporte público, aulas sin gas, hay una ciudad que este neoconservadurismo ha dividido en dos a través de la Avenida Rivadavia. Radicales porteños ya es hora.

No hay comentarios: