jueves, 1 de julio de 2010

“A DON LEANDRO N.ALEM”

En este tiempo tan particular que esta viviendo la Unión Cívica Radical, tiempo de definiciones, de razonamientos, de esclarecimiento, de fortificación, creo que el mejor homenaje que se le puede brindar a Don Leandro N. Alem, en este aniversario de su fallecimiento, es conocer, difundir y especialmente tratar de poner en práctica sus pensamientos.
Será la mejor manera de honrar a un hombre que con cada una de sus palabras, con cada uno de sus actos, ejercía docencia demostrando que era posible entrelazar la idea con la acción cuando el objetivo era preciso.
Extraemos de su discurso de asunción como Presidente de la Unión Cívica en el mes de abril de 1890, algunos párrafos que demuestran la profunda riqueza de su pensamiento y la exquisita manera de exponerlo. Ing. Mario Jaraz

Decía Don Leandro:

Sobre la importancia de presidir el partido:

“Se me ha nombrado presidente de la Unión Cívica, y podéis estar seguros que no he de omitir ni fatigas, ni esfuerzos, ni sacrificios, ni responsabilidad de ningún género para responder a la patriótica misión que se me ha confiado.”
“...Una vibración profunda conmueve todas mis fibras patrióticas al contemplar la resurrección del espíritu cívico en la heroica ciudad de Buenos Aires”

Sobre los porque de la lealtad:

“...Si señores, una felicitación al pueblo de las nobles tradiciones, que ha cumplido en hora tan infausta sus sagrados deberes. No es solamente el ejercicio de un derecho, no es solamente el cumplimiento de un deber cívico; es algo más, es la imperiosa exigencia de nuestra dignidad ultrajada, de nuestra personalidad abatida; es algo más todavía, señores, es el grito de ultratumba, es la voz airada de nuestros beneméritos mayores que nos piden cuenta del sagrado testamento cuyo cumplimiento nos encomendaron.”

Sobre el pueblo y su participación:

“La vida política en un pueblo marca la condición en que se encuentra, marca su nivel moral, marca el temple y la energía de su carácter. El pueblo donde no hay vida política es un pueblo corrompido y en decadencia, o es víctima de una brutal opresión. La vida política forma esas grandes agrupaciones que, llámeseles como éstas, populares, o llámeseles partidos políticos, son las que desenvuelven la personalidad del ciudadano, le dan conciencia de su derecho y el sentimiento de la solidaridad en los destinos comunes”
“Los grandes pueblos...son grandes por estas luchas activas, por este roce de opiniones, por este disentimiento perpetuo que es la ley de las democracias. Son esas luchas, esas nobles rivalidades de los partidos, las que engendran las buenas instituciones, las depuran en la discusión, las mejoran con reformas saludables, las vigorizan con entusiasmos generosos que nacen al calor de las fuerzas viriles de un pueblo.”
“Pero la vida política no puede hacerse sino donde hay libertad y donde impera la constitución...”
“...Cuando el ciudadano participa, da las impresiones de la vida política, se identifica con la patria, la ama profundamente, se glorifica con su gloria, llora con sus desastres y se siente obligado a defenderla porque en ella cifra las más nobles aspiraciones.” “¿Pero se entiende entre nosotros así, desde algún tiempo a esta parte...?”

Sobre la política:

“No hay, no puede haber buenas finanzas, donde no hay buena política. Buena política quiere decir: respeto a los derechos; buena política quiere decir: aplicación recta y correcta de las rentas públicas; buena política quiere decir: protección a las industrias útiles y no especulación aventurera para que ganen los parásitos del poder; buena política quiere decir: exclusión de favoritos y de emisiones clandestinas.”
“Pero para hacer esta buena política se necesita grandes móviles, se necesita buena fe, honradez, nobles ideales; se necesita, en una palabra, patriotismo...Pero con patriotismo se puede salir con la frente altiva, con la estimación de los conciudadanos, con la conciencia pura, limpia y tranquila, pero también con los bolsillos livianos...”

Pensamientos...ideas...para todos los tiempos...
Ser radical no es fácil...

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