miércoles, 11 de mayo de 2011

Candidatura y otras cosas

Por: Mario Jaraz,

Tengo ganas de decirles algunas cosas a mis amigos. A aquellos que están enterados de mi postulación a precandidato a Diputado Nacional por la Unión Cívica Radical y a aquellos otros que se enteren a partir de la presente.
Recorriendo este camino, para mi totalmente nuevo, de ser aspirante a un espacio en las listas partidarias, va conociendo y encontrando actitudes y acciones realmente inesperadas y hasta cierto punto inexplicables, pero que posibilitan detectar algunas cosas que, aunque conocidas, vale la pena apuntar.
En los contactos personales uno escucha honestas voces de apoyo, de estímulo, voces que transmiten incertidumbre, entremezcladas con sonidos vocales que hipócritamente intentan simular agrado, normales expresiones de rechazo, pero también lamentables adjetivos descalificadores, especialmente en algunos que consideran como intento de usurpación, a lo que simplemente es un legítimo deseo de participar.
El grupo social que tengo el orgullo de integrar, la Unión Cívica Radical, desarrolló a lo largo de su historia, con mucho rigor científico, los conceptos de Libertad e Igualdad, transformándolos en parte del conjunto de valores de excepcional sentido humano y social que componen la esencia de su propio sustento.
Salvo muy raras excepciones, nadie tiene el derecho de abortar la posibilidad de que cualquier integrante del grupo social haga uso de esos derechos, en la medida que su idoneidad lo habilite, y el pretender representar al partido, es simplemente eso, el uso del derecho a la "Igualdad de oportunidades", que el partido no solamente ofrece a sus integrantes sino que debe asegurarle.
Con este relato no deseo formularle un reclamo a alguien en particular, porque si cuando acepté estaba convencido a serlo, hoy, después de varios días de trabajo intenso, aquel convencimiento se ha incrementado y potenciado, porque me he dado cuenta, que más allá de un triunfo o una derrota, las pujas que se suscitan cuando más de uno aspiran a un mismo lugar y se abren las posibilidades a una confrontación seria y honesta, se le hace muy bien al partido y se contribuye a que muchos integrantes puedan consolidar su sentido de pertenencia a la luz de que es real la posibilidad de ser.
Este era el sentido del presente relato. Entender que todavía nos falta saber mucho de radicalismo. Que no es lo mismo ponerse la camiseta que saber fehacientemente porque se lo hace.
Tanto a un partido político, como a muchos otros lugares, se puede llegar por casualidad, se puede estar porque la presencia despertó sentimientos de pertenencia, pero es imprescindible que a la casualidad y al sentimiento se le agregue el conocimiento de la esencia del grupo para evitar que, además de posibilitar la consolidación de una pertenencia racional, cualquier circunstancia provoque la diáspora.
Aunque resulta reiterativo, la búsqueda del conocimiento y su transmisión deben ser una obligación primera para todos.
Para terminar este contacto y hablando de la candidatura: Es difícil comenzar desde el llano, sin poseer lo que se da en llamar "estructura" personal de trabajo electoral, pero cuando hay convicción doctrinaria, osadía por la búsqueda de los escenarios para conseguir los objetivos que el pertenecer impone , es posible hacerlo. En eso estamos e invitamos a que se nos sumen y avancemos juntos.
No estoy junto a amigos, detrás de un simple objetivo personal, sino en el comienzo de un proceso de concientización en pro del protagonismo constructivo de todos.

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