jueves, 5 de enero de 2012

“COMO EN BOLICHE DE PUEBLO: UN POCO DE CADA COSA…PERO HAY DE TODO…

“COMO EN BOLICHE DE PUEBLO: UN POCO DE CADA COSA…PERO HAY DE TODO…
…HAY QUE SABER (Y QUERER) BUSCAR”
Escrito por: MARIO JARAZ

La lectura de dos artículos publicados en Facebook me obligaron a situar frente a la compleja situación que enfrentamos quienes tratamos de vivir plenamente la Unión Cívica Radical.
Uno de ellos, producido por el apreciado amigo Carlos Lorinz, formula con mucha certeza un cuestionamiento a metodologías y procedimientos utilizados en el discurso, en los mensajes transmitidos y en la selección de las personas que nos deben representar, que no sólo produjeron rispideces en la relación entre correligionarios, sino que, por su falta de calidad, provocaron un efecto opuesto al buscado dando como resultado el rechazo de la sociedad a la que se pretendía seducir. Al decir Sociedad, involucro no solo a los independientes y gente de otras pertenencias partidarias, sino también a los radicales que con pesadumbre observaban el retroceso que todo ello significaba.
El otro artículo, leído a instancias de Flavio Luis Buccino en el blog de su amigo Gabriel Palumbo, lleva el nombre “Algunos Futuros para el radicalismo” encara la problemática ideológica del partido, las contradicciones de determinados actos y el “abandono de la representación popular que consiguió históricamente”. Este último tema, producto de la propia inoperancia, produjo, dice el artículo, “un claro empequeñecimiento de la democracia…”. Otro aspecto importante e impactante, aunque no novedoso, que toca el artículo es la visualización de los desvíos ideológicos que tuvieron sus dirigentes en la búsqueda de opciones que aproximaran al partido la posibilidad del éxito, desvío al que de alguna manera explica como consecuencia de la inconsistencia ideológica y de las incoherencias en la definición de su propia identidad a la que describe como un tránsito entre diferentes definiciones, que al tiempo de ser inconexas entre sí, muestran al partido como un agrupamiento incapaz de portar en el tiempo una línea de pensamiento con convicción y osadía y sí presto a subordinarse a los pareceres de dirigentes circunstanciales de mayor o menor envergadura. El relato continúa con una serie de apreciaciones de diferente naturaleza y culmina exponiendo la necesaria renovación de protagonistas si el deseo es mirar también el futuro.
Son dos artículos que presentan y nos ubican frente a dos temas sustanciales que deberán ser motivo de debates y definiciones. Conversaciones y conclusiones. Revisiones y cambios. Cuestionan el que somos y también el cómo somos. Nuestra esencia y nuestra forma de actuar. Nuestro ser y nuestro proceder.
¿Por dónde empezar? Ambos tópicos son extremadamente importantes para la búsqueda del retorno, con una circunstancia que nos facilita las condiciones del análisis.
A la cultura ciudadana que con gran habilidad instaló el peronismo, que responde a su propia visión de la política y las conductas que ella requiere, resulta obligatorio abstraerla de nuestros razonamientos para poder producir sin condicionamientos los elementos que nos posibiliten recuperar la identidad. Si no tenemos la capacidad de actuar con esta premisa como marco, incurriremos en el error de creer que estamos cambiando cuando lo único que habremos logrado es acentuar nuestra mimetización para con una corriente de pensamiento que no representa ni facilita nuestra manera de entender los fines de la política.
La UCR es, y lo podemos escribir con letras mayúsculas: EL PARTIDO DE LA LIBERTAD. El compromiso de la lucha permanente por la libertad es el primer eslabón de una larga serie de reivindicaciones de la condición humana que justificaron, en aquel lejano tiempo, su nacimiento y sus disputas. La actitud persistente de quienes por convicción no admitían que estas conquistas provoquen cambios en una sociedad que habían construido plagada de inequidades y la ausencia de límites en sus formas y métodos, hicieron que aún hoy, quienes aspiramos a una sociedad diferente, a cada instante, debamos comenzar planteando similares consignas.
El radicalismo fue, y debido a las circunstancias, debe seguir siendo el partido que con insistencia bregue por la problemática de los “desposeídos”. ¿Los desposeídos? Si, el radicalismo vino hacia la sociedad con el fin de restituir a aquellos menospreciados de lo que arbitrariamente les era desapropiado. Surgió para implementar normas que recuperen para los hombres los atributos que por su propia esencia y su condición de ciudadanos les pertenece. Llegó para derrotar la ignorancia y ayudar a todos a conocer los elementos que les permitan volar en la demanda de su destino.
En el uso de la Libertad el radicalismo reconoce la existencia y las diferencias de aptitudes que invisten a cada ser humano, pero asume con cada idea, con cada gesto, el compromiso de minimizar los efectos que estas diferencias puedan provocar en la dignidad de cada uno.
No es casual esta sintética enumeración porque ellas son parte del sustento de la ideología radical y la convicción con que seamos capaces de actuar con el fin de colocarlos como objetivo superior de la política, marcarán las diferencias entre los diversos partidos, que algunos, desde el desconocimiento, pretenden intencionadamente ignorar.
La participación real en la política, la que requiere un involucramiento total, la que también se sostiene y presenta como requisito básico la aceptación de un principio enunciado por uno de los 10 Mandamientos, aquel que nos indica la necesidad de “amarás al prójimo como a ti mismo”, demanda conocimientos ideológicos y solidez conceptual.
Esta solidez ideológica y conceptual que nos obliga a saber que el trabajar en pro de la inserción social plena de los desposeídos, no significa la gestión por el suministro del sustento diario de los mismos, acción que el Estado por una cuestión ética, en nombre de su sociedad debe proveer, sino la ocupación permanente por el diseño y concreción de políticas que le permitan a todos y cada uno de los ciudadanos de la República el acceso real a sus derechos y al cumplimiento de sus obligaciones. Esta posibilidad los habilitará a beneficiarse con lo que mucho se declama y poco se provoca que es la Igualdad de Posibilidades.
Esta facultad representa en sí misma un verdadero incentivo. Cuando la búsqueda de la superación sólo depende de la voluntad y el esfuerzo que cada uno sea capaz de aportar, desaparecen los salvadores y tutores que en nombre de falsos atributos juegan un rol perverso en la construcción de la vida de cada persona.
¿Meras definiciones? ¿Simples frases inconexas? ¿Para qué?
Simplemente para demostrar, con sólo algunos elementos conceptuales que lo componen, que el Radicalismo ALGO ES. Que tiene sustancia, que posee IDENTIDAD propia y que sus elementos, de ser transmitidos y cumplidos, representan ARGUMENTOS más que válidos para captar adhesiones en un mundo donde el valor del otro es un signo monetario y su destino un problema particular del mismo.
El radicalismo NO ES UNA ETIQUETA (Lo explicó con gran sapiencia Moisés Lebensohn) cuya posesión indica determinada calidad. El Radicalismo es un partido cuyo gran objetivo, “EL BIEN COMUN”, no admite negociaciones ni concesiones.
Podemos orgullosamente los radicales exponer nuestra pertenencia. Porque somos RADICALES somos PROGRESISTAS. Porque buscamos denodadamente la Libertad y la Igualdad, porque bregamos por transformar en realidad la Igualdad de Oportunidades, porque queremos la plena vigencia de los Derechos Individuales, los Derechos Colectivos y los Derechos Sociales. Somos Progresistas porque propiciamos “avanzar hacia la más amplia e igualitaria participación y cogestión posible de los individuos en el proceso de organización social e institucional” como forma de asegurar la vigencia plena de la Ley y su aplicación a todos por igual, porque con este concepto estamos asegurando la “decisión individual autónoma”. Somos PROGRESISTAS porque como define el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas “…Su eje es la idea típicamente moderna del progreso, entendido como mejoramiento creciente y general, es decir en todos los planos de la existencia, de la humanidad entera...El presente, colocado en esta perspectiva temporal, no sólo es más valioso que el pasado, sino anuncia un movimiento incesante hacia lo mejor…”
Mucho queda aún en “el tintero” que se debe seguir desarrollando con pasión porque son parte de un ideario que permanentemente coloca al hombre y su ámbito en el centro de la actividad Política. Hay elementos fundacionales que nos ubican dentro de la concepción SOCIAL DEMOCRATA del mundo como también de la concepción del HUMANISMO LAICO que afirma que “…no hay respuestas físicas ni definitivas, que las sociedades son dinámicas y están abiertas al cambio y que la función de aquellos que quieren contribuir a mejorar la condición del hombre en cualquier sociedad no debe ser otra que explorar y descubrir nuevos caminos y alternativas mediante el uno continuado de la razón teórica y práctica…”.
Todo esto es Radicalismo, como la concepción que tenemos del PODER, que también nos diferencia profundamente de otras doctrinas políticas.
Todo lo que fuimos, todo lo que somos, no fue por intentar aprovechar de alguna oportunidad propicia para decir que somos tal o cual cosa que estaba de moda o podía posicionarnos favorablemente como hicieron y hacen algunos, sino que adoptamos ideas que por su trascendencia, su importancia y su calidad se convirtieron con el transcurrir del tiempo en una forma de vivir la vida honrando la esencia humana.
Tuvimos (¿tenemos?) dirigentes que creyeron lo que en un tiempo se dijo: Llegó “El Fin de las Ideologías”, avisémosles que era mentira.
Pero…para no hacer demasiado largo el presente, puesto que el tema da para mucho, espero que este sea el comienzo de un diálogo que no tiene otra intención que la de generar un debate serio, responsable y enriquecedor para todos.
PERDONEN LA EXTENSIÓN, PERO COMO CASI SIEMPRE OCURRE: “HAY COSAS DEL CORAZON QUE LA RAZON NO PUEDE ENTENDER NI MANEJAR” CHAU
P:D: Seguiré (aunque nadie comparta o nadie lea…)

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