lunes, 21 de diciembre de 2009

"UNA CARTA"

A mi correo electrónico, enviado por una persona de quien resulta imposible dudar, llegó copia de una carta que el Señor HECTOR GIOVINE enviara al presidente del Comité Nacional de la UCR, Senador ERNESTO SANZ, cuyo texto entendí importante editar en el blog por cuanto tengo la sensación de que la misma expresa el sentir y pensar de más de un radical, y de otros que no lo son, que se encuentran diseminados en el país.
Ing. Mario Jaraz

Señor Presidentede la UCR
Don Ernesto Sanz

De mi mayor consideración:
No soy un afiliado a su partido, tampoco lo soy de ningún otro partido existente en este momento en la Argentina. Solo soy uno más que vive, sufre y goza en nuestro entrañable país. Estoy atento, todo lo que puedo a lo que sucede -nos sucede- y, a veces, tengo alguna opinión formada, otras no.
Mirando el panorama sentí que me preocupaba por lo que está sucediendo en el Partido Radical, y sobre todo por lo que pudiera ocurrir, simplemente porque sus consecuencias no serían solamente para el radicalismo, sino para el país todo.
Ocurrió, como ya sabemos, un éxodo de afiliados radicales para recalar en el kichnerismo y conformar con ellos una alianza que duró hasta hace un tiempo. Para el caso es lo mismo si es mucho o poco ese tiempo. En lo formal todavía dura porque el Vicepresidente de la Nación sigue siendo Julio Cobos.
Este hecho, vergonzoso en sí, y visto los resultados, mucho más, trajo como consecuencia que el Partido Radical sufriera un cimbronazo muy serio que estuvo cercano a provocarle una disolución como tal, que fue salvada por el coraje, la responsabilidad y valentía de muchos afiliados en los que, seguramente, usted se encuentra.
Entiendo que esos dirigentes que tomaron otro rumbo fueron sancionados -los detalles no los conozco porque reitero que no soy afiliado- y ahora fueron reincorporados los que habían sido expulsados.
Estos hombres y mujeres que ahora llevan el nombre de "cobistas", encabezados precisamente por Julio Cobos, no realizaron con su accionar una picardía graciosa, sino una falta política gravísima que repercutió y repercute directamente en la desorientación de la gente y regalan, graciosamente, un motivo más para el descreimiento en los partidos políticos y sus dirigentes.
Creo que fue usted, señor Presidente, que hace pocos días dijo: "El radicalismo viene de una etapa de la resistencia". El radicalismo sí, los que se quedaron, no los que se fueron. ¿Cuál es el valor que se le debe dar a este hecho que nada tiene de formal o anecdótico, sino un hecho dolorosamente medular? Por el presente y por el futuro, esta resistencia, seguramente heróica -los que la vivieron sabrán si son exagerados estos términos- no debe ser manchada por ningún oportunismo circunstancial.
La Argentina necesita urgente un golpe de moral ética.
Una desvalorización, una minimización de esa resistencia sería, lamentablemente, una vez más, una oportunidad perdida para construir una sociedad sobre pisos firmes, no enlodados por arreglos que parecen beneficiosos para el hoy pero siguen siendo nefastos para el futuro.
El oportunismo ya, hay que desterrarlo de una vez por todas, cueste lo que cueste. En nuestra historia reciente y un poco más atras hubieron varias acciones que solo trajeron este presente tan delicado y preocupante.
En pos de la unidad, a los que se fueron, los volvieron. A nadie se le puede impedir, después de un reconocimiento de su equivocación, que vuelva, en este caso al seno del partido radical.
Pero como soldados rasos. No con un sentido de humillación, por supuesto, pero para que se perciba que hay una diferencia, que no parezca que todo da lo mismo, que es posible cualquier cosa.
¿No ocurrió nada? ¿No hubo consecuencias? ¿Está todo igual? ¿El valor de unos y de otros es lo mismo? ¿Se puede tolerar que se hable del "grupo cobista" exigiendo cosas? Nadie debe estar con la cabeza gacha, pero ¿vale entrar a taconear como si las espaldas estuvieran cargadas de gloria?
Si pusiéramos algún ejemplo de cualquiera de nuestras familias en donde alguno de sus miembros hubiera realizado un acto equivalente, creo que nos ayudaría a ver el tema de una manera más contundente. Pero ese ejemplo, cada uno lo tiene que ver en forma individual y sacar conclusiones personales.
Julio Cobos da bien en las encuestas.
Otra vez me viene la imagen: la Argentina necesita urgente un golpe de moral y ética.
Dejaron el partido pataleando en el aire ¿y ahora son los salvadores? ¿Dónde quedan los valores históricos que le dejaron, sin duda con mucho sacrificio, la cantidad de mujeres y hombres radicales a su partido?
Seguramente habrá habido afiliados -tal vez usted mismo, señor Presidente- que en su momento también pensaron en acompañar al kichnerismo, pero desistieron. Dijeron que no, me quedo, pase lo que pase. ¿En qué cajón oscuro ponemos esa decisión?
Usted habló de "Recuperación efectiva del radicalismo." Que Cobos de bien en las encuestas ¿en eso está basada la recuperación efectiva del radicalismo?
La Argentina necesita urgente de un golpe de moral y ética.
Pregunto, porque no sé: las ideas, los planes, los proyectos ¿el radicalismo no tiene mujeres y hombres que lo puedan llevar a cabo con solvencia, integridad, capacidad y conocimiento? ¿Los argentinos tendremos la fatalidad de tener un Presidente parado sobre una estructura mentirosa y oportunista? ¿Otra vez tendremos que desaprovechar las oportunidades que nos regala generosamente -y que no sé si merecemos- la historia?
Señor Presidente, con todo respeto, me pregunté cosas en voz alta ante usted. Seguramente no serán muy enjundiosas pero son dichas con el idioma de acá, de la vereda y así al pasar, sin querer entrar en los vericuetos de la "política", porque no lo sé hacer. Pero, haciendo política, claro. Y creo que algunos más se plantearon los mismos interrogantes. En silencio, es muy posible. Pero, ya se sabe, el silencio, a veces, es muy ruidoso. En la vereda o en el hall de alguna Casa.
Me despido de usted con todo afecto.

HECTOR GIOVINE

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