miércoles, 2 de junio de 2010

“ALFONSÍN o MOREAU”

Por: Arq. ELVA ROULET
Ex Vice Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires


El 6 de junio próximo el radicalismo de la provincia de Buenos Aires debe elegir sus autoridades partidarias.
La ciudadanía radical de la principal provincia argentina se enfrenta a una opción: encarar el futuro o continuar con la decadencia, ello significa elegir.

RICARDO ALFONSÍN o LEOPOLDO MOREAU

En 1983, el radicalismo de la Provincia de Buenos Aires obtuvo más del 52 % de los votos. Se trataba del triunfo de Raúl Alfonsín, las esperanzas puestas en la Unión Cívica Radical y la confianza en los candidatos provinciales.
En 1984 se enfrentan dos jóvenes diputados nacionales en torno a sus ambiciones personales y el radicalismo de Buenos Aires se divide entre Fredy Storani y Leopoldo Moreau.
Su competencia por ¨espacios¨ políticos se traslada a todo el radicalismo del país, creando nuevas confrontaciones.
Pero en la década siguiente, estos enemigos se transforman en socios. Se trata de compartir el poder construido y seguir manejándolo con exclusión de todos quienes no comparten sus métodos y procedimientos.
Ellos pretenden presentarse hoy como la UNIDAD. Esto es absolutamente todo lo contrario de lo que son. Ellos siguen excluyendo y manipulando. Nada más evidente que el manejo de la Junta Electoral partidaria, a la que por segunda vez la justicia ha obligado a rectificarse.
Ellos pretenden presentarse como los herederos políticos de Raúl Alfonsín. Es igualmente todo lo contrario de lo que son. Raúl Alfonsín fracasó queriendo hacerlos retornar a los caminos del verdadero radicalismo, aquél en que la gente confió, el radicalismo de los fundadores, el radicalismo de la autenticidad, el desinterés, el diálogo interno, la lucha por los principios.

En 2003 la ciudadanía se expresó frente a la candidatura a Presidente de Leopoldo Moreau, que obtuvo apenas algo más del 2% de los votos del país. Algo que nunca había sucedido en la historia del radicalismo! Pero no fue la derrota del partido, el cual para sus otros candidatos en la misma provincia (gobernador, diputados, senadores) obtuvo valores totalmente diferentes, así como sucedió en casi todo el resto del país.
Fue el rechazo al candidato: lo rechazó la ciudadanía en general, lo rechazaron los radicales.
Pero él no se da por aludido y pretende seguir manejando el radicalismo de la provincia de Buenos. Persiste en sus ambiciones, en sus conductas.

En 2010 la unión Cívica Radical tiene un enorme desafío y una responsabilidad histórica: volver a ser gobierno y reconstruir el país y recuperar la democracia dañada.
Sin la recuperación del radicalismo de la Provincia de Buenos Aires, que representa más del 30 % del país, esto no es posible.
Es necesario cambiar. Las malas conductas enquistadas son imposibles de extirpar. Se trata de cambiar las malas prácticas por las buenas prácticas. Se trata de buscar las personas capaces de hacerlo.
En estas semanas mayas es necesario generar ¨cabildos abiertos¨ en cada pueblo y lugar de la provincia. Es necesario reflexionar sobre por qué se produjo esta decadencia y ese alejamiento de la ciudadanía de la Unión Cívica Radical. Ciudadanía que hoy vuelve a mirarnos interrogante y esperanzada.

Por eso llevamos a Ricardo Alfonsín como Primer Delegado al Comité Nacional, y a Miguel Bazze como candidato a Presidente del Comité de la Provincia de Buenos Aires, acompañados por figuras probas que, sin egoísmos, con lealtad partidaria y honrando la política, trabajan comprometidas en la lucha por una Argentina mejor.

Y son los afiliados radicales quienes con su voto pueden transformar la decadencia en que caímos en una nueva promesa de futuro. Es necesario comprender la responsabilidad que nos cabe y concurrir a votar masivamente en estas elecciones internas reparadoras. Sólo la voluntad de los afiliados radicales, los auténticos luchadores, puede lograrlo.
Y si fracasamos en ello por la falta de concurrencia no será la derrota de nuestros candidatos que han tomado en sus manos el enorme desafío, será la derrota de la Unión Cívica Radical y, en definitiva, la derrota de una nueva esperanza para el país.

Por ello, el 6 de junio, es necesario decirle

¡NO A MOREAU SI A RICARDO ALFONSÍN!

EL CAMBIO ES POSIBLE

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