miércoles, 2 de junio de 2010

Con todo respeto: “Alguien lo tenía que decir”

Por: JUAN CRUZ CANDIDO
Cacu

En algo tiene razón el Dr. Federico Storani en su artículo respecto a la elección del 6 de junio en el radicalismo bonaerense. Alguien tiene que decir ciertas cosas. Lo importante, Dr. Storani, es decirlo con honestidad intelectual y demostrando coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Actuando con buena fe.

Tengo un enorme respeto y, en muchos aspectos, admiración por la militancia de Leopoldo Moreau. Negarlo sería cinismo: mis amigos del Modeso lo saben y nunca renegaría de ello. Existe una generación radical forjada en la lucha por la libertad a la que debemos honrar y agradecer: eso también incluye repensar el partido para demostrarles que aprendimos la lección histórica de la Coordinadora y que no queremos un partido quieto, anquilosado, resignado ante el PJ.

Puse el esfuerzo y con orgullo lo volvería a poner en la candidatura de Leopoldo en 2003. Creo que fue una de las definiciones políticas que evitaron que el partido desaparezca definitivamente.

Nunca responsabilicé a Moreau, Storani, etc. de los males del partido. Creo que la situación del radicalismo es consecuencia de una conducta reiterada por muchos de nosotros que conciente o inconscientemente abandonamos la solidaridad interna como método de construcción. Hay una forma de acumulación interna que tenemos –entre todos- que modificar.

Quiero un partido con todos. Encuentro mi norte en aquel mojón de rebeldía, organización y renovación que es Setúbal.

Pertenezco al colectivo de radicales de todo el país que acompañamos a Ricardo Alfonsín. En nuestro caso, desde la primer visita de Ricardo a la provincia de Santa Fe fue en agosto de 1999. Desde ahí, hemos mantenido una relación que –con el tiempo- ha ido afianzándose hasta sentirnos parte de un mismo proyecto nacional, de partido y de país.

Pero si creo que es necesario al menos contestar desde este lugar a las declaraciones escritas por el Dr. Federico Storani, sin caer en alusiones personales, agravios o consideraciones que escapan a la discusión política.

Dice Storani que Ricardo Alfonsín cuenta con el auspicio de Kirchner y de Carrió. ¿Lo dirá con malicia o realmente cree lo que dice? ¿Lo dice con la misma liviandad con la que decía que “un tipo que se llama Cleto no puede hacer política?

Dice Storani que el partido que busca Alfonsín (junto con Kirchner y Carrió) es un partido cerrado, poco competitivo, fácilmente manejable. Eso quiere decir que el actual no es todo eso que se busca. Y tras 20 años en un espiral descendente en la consideración pública, nadie puede creer eso.

Dice Storani cosas que no puede comprobar, que la realidad se ocupa de desmentir y encima pretende confundir y mezclar las cosas.

Lo que no dice Storani es que el principal desafío de la UCR es reencontrarse con el pueblo radical. Dicho en otros terminos, lograr que los radicales voten a la UCR , confien en su dirigencia, se sientan representada por ella y, muchos retomen el camino de la militancia.

Esa es la mejor forma de abandonar el partido chico, cerrado, resignado y funcional.

Nosotros creemos que Ricardo Alfonsín es quien mejor posibilita ese proceso: su paso por todo el país lo demuestra. Donde va, se reactiva la militancia, los afiliados vuelven al comité y el pueblo radical se pone de pié. Si eso no habla de un fortalecimiento del partido, que Storani explique que es lo que habla de ello.

Sería un acto egoísta no acompañarlo. Creemos que la Provincia de Buenos Aires también debe hacerlo y dejar de lado la pequeña disputa para hacer una contribución que esté a la altura de su historia.

Ojalá este 6 de junio, acompañen a Ricardo Alfonsín a la victoria. Si ello no ocurre, esto no se detiene: hay un proceso de renovación imparable y que paradójicamente encuentra entre sus opositores a los renovadores de antaño, algo parecido a la rutinización del carisma que explica Max Weber.

Ojalá el 7 de junio nos encuentre juntos, tirando para adelante. Porque lo importante es el partido popular que tenemos que construir.

Alguien, dijo Storani, lo tenía que decir.

Con sincero respeto,

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