Por: Ing. Mario Jaraz
Estamos en un momento en el que, frente a importantes decisiones que se deben adoptar en la esfera partidaria, la militancia, aquellos que amamos a la UCR, y todo aquel que se siente comprometido por el presente y futuro de la Unión Cívica Radical, debe emitir su opinión.
Se debe elegir el Presidente del Comité Nacional y los integrantes de la mesa de conducción en la primer semana de diciembre próximo, se deben elegir las autoridades de los bloques partidarios en la Legislatura de la Nación como también quienes ocuparán los cargos de autoridades de las Cámaras, tanto de Diputados como de Senadores, que les corresponden a la oposición, y estas cuestiones que normalmente pasaban desapercibidas, hoy tienen trascendental importancia en la vida futura del partido.
Más allá de que se escuchen y lean a cada instante discursos y declaraciones que llaman a la unidad partidaria, debemos solicitar que sea dejada de lado la hipocresía y que se respete la inteligencia y la voluntad de cada uno de nosotros y se admita que existen dos corrientes de opinión perfectamente definidas.
Por un lado estamos los que integramos el grupo de lo que se llama “los que resistimos” y por el otro se encuentran agrupados personas que cuando el partido estaba viviendo el peor de sus momentos adoptara diversas actitudes: los que se quedaron observando y no participaban porque no compartían el accionar ni la línea de la conducción partidaria, los que se fueron con el kirschnerismo seducidos por circunstancias diversas y que hoy están volviendo y pretenden condicionar su retorno a que se les cumplan determinadas exigencias de protagonismo, los que se fueron y de distintas manera fueron sancionados pero que aún no han materializado su retorno, especialmente porque pretenden que en el tratamiento de sus casos sean obviadas las condiciones que determina la Carta Orgánica, etc. etc., y estos dos grupos plantean visiones totalmente diferentes sobre lo que se precisa realizar para seguir reconstruyendo el partido.
Debemos entender que mezclar nombres de diferentes espacios no significa “unión”, esta requiere antes que nada actitud, convicción, respeto y responsabilidad.
Estamos los que pensamos que el partido debe recuperar el rol de centro de las decisiones que se adopten en todos los espacios o lugares que les toque ocupar a todos y cada uno de los que llegaron a ellos representando y gracias al partido y los que entienden que pasado el acto electoral las decisiones pasan a ser individuales.
Estamos los que, asumiendo los errores cometidos durante la gestión, compartimos una línea de trabajo que, siendo rígida en la defensa de los principios, dura en el juzgamiento de actitudes que entendíamos reñidas con la ética radical y guardiana insobornable de la identidad de la Unión Cívica Radical, llevo a nuestro partido a estar nuevamente en la consideración tanto de la sociedad como de los otros agrupamientos políticos.
Estamos los que entendemos que haber sido parte de un agrupamiento partidario de los kilates del Acuerdo Cívico y Social significó un salto de calidad para nuestro partido tal como lo entendió la sociedad, por lo que creemos que con todos los inconvenientes que seguramente se seguirán presentando para consolidar este espacio es necesario hacerlo y con total convicción.
A quienes tienen otra visión no los descalifico de ninguna manera por pensar diferente, sino que por el contrario los respeto tal vez mucho más de lo que ellos nos respetan a nosotros, sólo les pediría que tuvieran la grandeza de ser más objetivos en sus análisis y que no pretendan desconocer hechos que sucedieron y que son de público conocimiento (éxodos, declaraciones adversas, etc).
¡Cuánto bien nos haría a todos reflexionar sobre algunos conceptos que emitiera la correligionaria Florentina Gomez Miranda en el acto que se realizara frente al Comité Nacional el día 30 de octubre pasado, cuando con exquisita brillantez definiera las diferencias existentes entre “Fama” y “Prestigio” en la vida de un político!
Y frente a todo esto lo que debemos hacer es opinar, expresar lo que sentimos, hacer conocer nuestro pensamiento, participar, debatir, de frente y no a oscuras.. No desperdiciemos ninguno de los medios a nuestro alcance.
¡Debemos desterrar el misterio!
Si queremos tener mejores dirigentes y que ellos adopten las mejores decisiones, hagámosle sentir nuestra presión, obliguémoslos a que sientan nuestra presencia.
¡Eso también es ser radical!
Para ser respetados en nuestro rol debemos asumir la responsabilidad que ello conlleva.
Un saludo para todos.
Estamos en un momento en el que, frente a importantes decisiones que se deben adoptar en la esfera partidaria, la militancia, aquellos que amamos a la UCR, y todo aquel que se siente comprometido por el presente y futuro de la Unión Cívica Radical, debe emitir su opinión.
Se debe elegir el Presidente del Comité Nacional y los integrantes de la mesa de conducción en la primer semana de diciembre próximo, se deben elegir las autoridades de los bloques partidarios en la Legislatura de la Nación como también quienes ocuparán los cargos de autoridades de las Cámaras, tanto de Diputados como de Senadores, que les corresponden a la oposición, y estas cuestiones que normalmente pasaban desapercibidas, hoy tienen trascendental importancia en la vida futura del partido.
Más allá de que se escuchen y lean a cada instante discursos y declaraciones que llaman a la unidad partidaria, debemos solicitar que sea dejada de lado la hipocresía y que se respete la inteligencia y la voluntad de cada uno de nosotros y se admita que existen dos corrientes de opinión perfectamente definidas.
Por un lado estamos los que integramos el grupo de lo que se llama “los que resistimos” y por el otro se encuentran agrupados personas que cuando el partido estaba viviendo el peor de sus momentos adoptara diversas actitudes: los que se quedaron observando y no participaban porque no compartían el accionar ni la línea de la conducción partidaria, los que se fueron con el kirschnerismo seducidos por circunstancias diversas y que hoy están volviendo y pretenden condicionar su retorno a que se les cumplan determinadas exigencias de protagonismo, los que se fueron y de distintas manera fueron sancionados pero que aún no han materializado su retorno, especialmente porque pretenden que en el tratamiento de sus casos sean obviadas las condiciones que determina la Carta Orgánica, etc. etc., y estos dos grupos plantean visiones totalmente diferentes sobre lo que se precisa realizar para seguir reconstruyendo el partido.
Debemos entender que mezclar nombres de diferentes espacios no significa “unión”, esta requiere antes que nada actitud, convicción, respeto y responsabilidad.
Estamos los que pensamos que el partido debe recuperar el rol de centro de las decisiones que se adopten en todos los espacios o lugares que les toque ocupar a todos y cada uno de los que llegaron a ellos representando y gracias al partido y los que entienden que pasado el acto electoral las decisiones pasan a ser individuales.
Estamos los que, asumiendo los errores cometidos durante la gestión, compartimos una línea de trabajo que, siendo rígida en la defensa de los principios, dura en el juzgamiento de actitudes que entendíamos reñidas con la ética radical y guardiana insobornable de la identidad de la Unión Cívica Radical, llevo a nuestro partido a estar nuevamente en la consideración tanto de la sociedad como de los otros agrupamientos políticos.
Estamos los que entendemos que haber sido parte de un agrupamiento partidario de los kilates del Acuerdo Cívico y Social significó un salto de calidad para nuestro partido tal como lo entendió la sociedad, por lo que creemos que con todos los inconvenientes que seguramente se seguirán presentando para consolidar este espacio es necesario hacerlo y con total convicción.
A quienes tienen otra visión no los descalifico de ninguna manera por pensar diferente, sino que por el contrario los respeto tal vez mucho más de lo que ellos nos respetan a nosotros, sólo les pediría que tuvieran la grandeza de ser más objetivos en sus análisis y que no pretendan desconocer hechos que sucedieron y que son de público conocimiento (éxodos, declaraciones adversas, etc).
¡Cuánto bien nos haría a todos reflexionar sobre algunos conceptos que emitiera la correligionaria Florentina Gomez Miranda en el acto que se realizara frente al Comité Nacional el día 30 de octubre pasado, cuando con exquisita brillantez definiera las diferencias existentes entre “Fama” y “Prestigio” en la vida de un político!
Y frente a todo esto lo que debemos hacer es opinar, expresar lo que sentimos, hacer conocer nuestro pensamiento, participar, debatir, de frente y no a oscuras.. No desperdiciemos ninguno de los medios a nuestro alcance.
¡Debemos desterrar el misterio!
Si queremos tener mejores dirigentes y que ellos adopten las mejores decisiones, hagámosle sentir nuestra presión, obliguémoslos a que sientan nuestra presencia.
¡Eso también es ser radical!
Para ser respetados en nuestro rol debemos asumir la responsabilidad que ello conlleva.
Un saludo para todos.
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