jueves, 5 de noviembre de 2009

NOTA A RENE BONETTO – Presidente de la Fundación de la UCR LEANDRO N.ALEM.

Efectuada por INFOCAMPO.


René Bonetto es productor agropecuario y un profesional de la ingeniería agronómica.
Con 20 años ya se había egresado con el título de la UN del Litoral y allí mismo comenzó a trabajar en su James Craik natal, en la provincia de Córdoba.
Hoy sigue produciendo las 187 ha del campo familiar en esa ciudad, pero también actúa en campos de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, con socios.
Pero su nombre se referencia a la Federación Agraria. Su padre supo ser presidente de la cooperativa del pueblo y de la filial de la FAA.
"Yo me afilié un 15 de agosto de 1970 y empecé a trabajar como asesor agronómico de la Federación y en temas de economía agraria", recuerda durante la entrevista con Infocampo.
Entre 1987 y 1996 fue vicepresidente 1ro de Humberto Volando en la FAA y luego presidente de la entidad entre ese año y 2000.
Radicado en Rosario y a los 61 años, René preside la Fundación Alem, el think tank oficial del partido de la UCR a nivel nacional y desde donde promueve la creación de una ley agraria, que espera poder consensuar y presentar en 2010.

-Un año y medio después del inicio del conflicto con el campo, ¿qué lectura te deja lo ocurrido?
-Yo digo que tenemos que reconocer el fracaso colectivo en el tema agropecuario, la incapacidad de los argentinos para llevar adelante un proyecto común. Había condiciones para armar un proyecto en base a lo agropecuario, lo agroindustrial y lo alimentario en todo este tiempo donde el sector fue la locomotora de la recuperación económica y no lo pudimos concretar.

-¿De quién es el fracaso?
-La responsabilidad mayor está en el gobierno nacional, pero también en gobiernos anteriores y en la dirigencia política en su conjunto, que reaccionó recién con los acontecimientos de 2008. Luego le corresponde a la misma dirigencia agropecuaria, que no estuvo a la altura de los acontecimientos, al menos inicialmente y que terminó siendo utilizada.

-¿Y los productores?
-Creo que también tienen su grado de responsabilidad, por no haberse involucrado más en los temas de la política agropecuaria. Incluso, tal vez cuando esto se enfríe vuelvan a sus actividades olvidándose nuevamente de que es necesario participar.

-Entre lo que dejó el conflicto aparece la idea del agrodiputado. Después de haber trabajado junto a Humberto Volando, ¿qué opinión te merece?
-Nada tiene que ver la tarea de un dirigente con la de un legislador. Ser diputado nacional conlleva la obligación de tener una visión mucho más amplia que la sectorial. Ojo, tener una decena de diputados que provengan de la actividad agropecuaria es un gran paso, pero es insuficiente para plantear la construcción de una política sectorial de mediano y largo plazo, más cuando se trata de armonizar esto con la vida de los otros sectores.

-Todo el mundo dice que en la Argentina no hay política agropecuaria, pero, ¿sabemos de qué hablamos cuando decimos 'política agropecuaria'?
-Sí, muchos países la tienen, como los Estados Unidos, que la revisan cada cinco años.

-Lo que pasa que los EE.UU. tienen sectores económicos muy fuertes desde donde pueden extraer recursos hacia el agro. ¿Cómo lo haríamos nosotros, si lo más fuerte que tenemos es el agro?
-Obviamente, no podemos replicar la política de los estadounidenses. En nuestro caso apuntamos a una política de desarrollo territorial sostenible. México, por ejemplo, tiene una ley desarrollo rural que data de 2002, y desde la Fundación Alem estamos trabajando en esta línea, asumiendo que no se la puede replicar tal cual sino que hay que adaptarla a nuestra realidad. Una política tiene que tener objetivos claros, recursos asignados e instrumentos para ejecutarlos, y ahí el Estado juega un papel de árbitro para dar previsibilidad.

-Sería interesante referenciar acá el Pronagro, el plan agropecuario del gobierno de Alfonsín, que buscó armarlo desde el consenso, pero que lo terminó enfrentando con las entidades.
-En ese momento yo participé de la mesa de concertación por la Federación Agraria. Lo que pasa es que hubo un detonante que fue la idea de reemplazar progresivamente las retenciones por un impuesto a la tierra, no recuerdo si era potencial o presunta, que terminó haciendo que el Pronagro no se efectivizara. Generó mucha tensión. Recuerdo que el ministro Tróccoli intentó parar un camionetazo de CRA hacia Buenos Aires. Pero sigo creyendo que aún hoy no se puede proponer la eliminación de las retenciones sin encontrar una fuente alternativa de ingresos para el Estado. Incluso no creo que las retenciones puedan eliminarse completamente en el corto plazo.

-Otro tema que no se habla, pero que sería importante hacerlo. ¿Qué pasa con los industriales que exportan productos elaborados con materias primas agro? ¿Se les dejaría la misma retención o cero retención?
-Esto hay que manejarlo con mucho pragmatismo. Las retenciones debe reducirse gradualmente y en ningún modo deben ser confiscatorias, pero sí deben destinarse, mientras existan, un pequeño porcentaje para el proyecto de transformación que alentamos. Es un manejo fino.

-¿Cómo sigue el proyecto de Ley Agraria?
-Lo discutimos en un congreso de la UCR en Pergamino en setiembre de 2008 y queremos someterlo a consideración de la opinión pública para generar la discusión. Podríamos haberle dado el proyecto a los legisladores de la UCR para que lo presenten, pero queremos lograr consensos abriendo la discusión. La idea es hacer a principios de 2010 una gran presentación en sociedad.

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