miércoles, 22 de abril de 2009

“DESDE EL MAR” (IV)

Ing. Mario Jaraz

CON EL FIN DE QUE LA LECTURA DE LO QUE PRETENDO CONTARLES SOBRE LO VIVIDO EN LA CONVENCIÓN NACIONAL NO LES RESULTE TEDIOSO, SE LOS VOY A PRESENTAR EN VARIAS NOTAS INDIVIDUALES.

NOTA IV:

"HAY QUE RESOLVER LOS PROBLEMAS"


En esta cuarta nota, que será corta, mi intención es tratar de enviar, con todo respeto, un mensaje a todo aquel que le corresponda actuar o sea parte en los conflictos existentes en diferentes circuitos del partido.
Es preciso entender que resulta imprescindible que hoy, en esta etapa muy especial que vive el partido, debemos efectuar los esfuerzos que sean necesarios con el fin de lograr se normalicen todas las situaciones.
No se pueden establecer estrategias tendientes a la concreción de objetivos superiores si somos incapaces de convivir aún en la discrepancia.
No se puede seguir postergando a los afiliados, militantes y adherentes de cada distrito, debido a que sus dirigentes no toman las medidas que posibiliten la participación de muchos que no dicen presente porque ningún lugar donde existen broncas, diferencias y peleas, resulta seductor para aquellos que deseen participar, muchos volviendo y otros quizás por primera vez.
Debemos tomar conciencia que los conflictos irresueltos quitan energía a la tarea de difusión ideológica, al trabajo de convencimiento social, a la militancia positiva.
Los problemas existentes en diferentes circuitos, estén intervenidos o no, deben solucionarse en el menor tiempo posible.
Algunas diferencias se pueden resolver con elecciones internas que tengan la transparencia necesaria que eviten los casi eternos reclamos de aquellos a los que les toque perder.
En otros casos se pueden buscar coincidencias partiendo del diálogo, honesto y abierto, que priorice, de parte de los participantes, el partido y sus intrínsecos valores por sobre rencores o distanciamientos surgidos en otro tiempo, por otras circunstancias y por otros albures.
Si las diferencias no encuentran sustento en cuestiones ideológicas sino metodológicas, solo hace falta buena voluntad. Si el problema es cosa de nombres, hay que tener el valor de someterse a la decisión de los afiliados. Si es factible demostrar en un debate que la cuestión es de índole ideológica, quienes no sustenten las ideas y normas radicales, deberán irse.
Tenemos que entender que cualquiera sea el problema, la solución existe, también para los caprichosos…
Cuidemos que no se vulneren los principios partidarios, que las resoluciones que se adopten sean claras y contundentes y que siempre, aunque resulte reiterativo decirlo, se debe priorizar la voluntad de los afiliados y militantes. Estos estarán siempre, los que suelen cambiar de bando son los dirigentes.

O no????
La identidad partidaria es innegociable, y esta identidad solo se custodia al amparo de dirigentes que sean merecedores de tal condición.
En los circuitos con problemas, pese a la cercanía de las elecciones, lo prioritario debe ser la normalización, de no sentirlo así, estaremos apostando a continuar fracasando.

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