domingo, 12 de abril de 2009

“LA RESOLUCION DEL TRIBUNAL NACIONAL DE ETICA Y LA REALIDAD DE LA UNION CIVICA RADICAL”

Ing. Mario Jaraz

Se están escuchando las más antojadizas interpretaciones y los mas diversos comentarios con relación a la decisión del Tribunal Nacional de Etica de la Unión Cívica Radical, que resolvió levantar la suspensión que pesaba sobre el actual Vicepresidente de la Nación Ing. Julio C.Cobos con la resolución que a continuación transcribimos para quienes no hayan tenido la posibilidad de leerla:
“El Sr Presidente de la Honorable Convención Nacional, Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, ha solicitado a este Tribunal, en el marco de la independencia del mismo, el estudio de la posible revisión de la Resolución de fecha 19 de septiembre de 2007 por la cual se le impuso la sanción de expulsión al Ing. Julio César Cleto Cobos de las filas de la Unión Cívica Radical.
CONSIDERANDO:
“Que en los fundamentos de la solicitud del Sr. Presidente de la HCN se recogen las expresiones públicas del Ing. Julio César Cleto Cobos en los medios de comunicación de adhesión a la Unión Cívica Radical y de su deseo de sumar sus esfuerzos a favor de la unidad partidaria, tal como se lo pidiera en su lecho de enfermo el ilustre ex Presidente Dr. Raúl Alfonsín;
Que dichas manifestaciones han sido recibidas como un aporte a la búsqueda de la unificación de la Unión Cívica Radical puesta en marcha por autoridades y dirigentes políticos partidarios;…” Por lo expuesto, el Tribunal Nacional de Ética de la Unión Cívica Radical
RESUELVE:
1º - Dejar sin efecto las sanciones impuestas por resolución de fecha 19 de septiembre de 2007.
2°- La afiliación del Ing. Cobos a la Unión Cívica Radical se reanudará cuando el mismo finalice el ejercicio de su mandato de Vicepresidente de la Nación.
3º - Notificar la presente resolución a todos sus efectos al ciudadano Julio César Cleto Cobos, a la Convención Nacional y al Comité Nacional de la Unión Cívica Radical
.
Se puede compartir o no las causales que motivaron la resolución y hasta la resolución misma, pero de ninguna manera se puede permitir que se haga de la misma un uso que desvalorice todo el trabajo que un grupo muy grande de gente que lucho y trabajo en la UCR en este y en todos los tiempos.
Hay apreciaciones que se hacen que incurren en algunos errores fundamentales.
Se puede o no aceptar el levantamiento de la sanción al Ing. Cobos, pero cuando se expresa que esta resolución se inscribe en un “Proceso natural de reunificación partidaria” resulta, por lo menos, confuso, y esta confusión se profundiza cuando a continuación se señala que ”El desafío de la UCR es recuperar la identidad y ofrecer un proyecto de país”.
Quienes estuvimos trabajando denodadamente estos años dentro del partido, ocupando cargos o no, en todo momento estábamos, y aún lo estamos, convencidos y seguros de que lo hacíamos en la única y exclusiva Unión Cívica Radical que existía y por suerte existe en el país, que es lo que marcaba y muestsra la realidad.
Si bien se había producido un éxodo importante de hombres seducidos por otros proyectos políticos y de país totalmente contrapuestos a los que siempre expresó nuestro partido. La identidad, es, según el Diccionario Enciclopédico Danae: “Conjunto de circunstancias que determinan quién y qué es una persona determinada”, como también “ La sumatoria de elementos que permiten determinar e identificar a una persona, grupo social o cualquier otro elemento”, era el motivo que nos unía a los que nos habíamos quedado, no sólo por el hecho de oponernos a quienes entendían que lo nuestro era un proyecto perimido y antiguo, ni porque pretendíamos defender la historia, sino porque estábamos totalmente seguros, o como diría el Dr. Raúl Alfonsin, estábamos persuadidos, de que todavía las ideas, los principios, la ideología, la metodología de trabajo y la propuesta de vida que es la UCR no han sido superadas.
Tampoco expulsamos a nadie. Así como cada intervención a algún distrito llevaba la intención fundamental de que el partido continuara en manos de auténticos radicales, todos los que se fueron lo hicieron voluntariamente y si los sancionamos fue porque pretendieron llevarse consigo algo de lo que ya no formaban parte, desde el momento en el que comenzaron a abjurar de los valores que hasta ese momento los mantenía unidos a la Unión Cívica Radical, a la que pese a denostar y rechazar en un confuso gesto, no renunciaban. Buscábamos demostrar que no era factible poseer una doble identidad y que si entendían que era necesaria una revisión de los principios partidarios, deberían haber provocado el debate interno.
Estuvimos defendiendo la coherencia, gesto que la sociedad lentamente fue comprobando como cierto aumentando la valoración que había perdido por nuestro partido, más allá de algunas voces internas que nos criticaban nuestras acciones y actitudes. Esta valoración de parte de la sociedad se incremento también gracias al gran desempeño que tuvieron nuestros legisladores nacionales, que no sólo asumieron una preponderante participación en el debate y los resultados habidos con relación a la tan mentada Resolución Nº 125 del Poder Ejecutivo Nacional, sino que en todo momento y ante todos los problemas que llevaba adelante la Presidencia de la Nación que atentaban contra la Constitución Nacional o las Entidades de la República.
Todo lo hicimos, como radicales, defendiendo la causa contra el régimen.
Creo, con total honestidad, que más allá de diversas disidencias que seguramente se darán, finalmente se logrará el apoyo a la medida adoptada por el Tribunal Nacional de Etica porque quizás estratégicamente corresponda, pero estoy convencido de que se deben efectuar estas aclaraciones por respeto a los anónimos afiliados y simpatizantes de nuestro partido que en ninguna oportunidad arriaron las banderas de sus mas profundas convicciones y quedaron estoicamente soportando las más grandes descalificaciones por el sólo hecho de no abdicar de su pertenencia..
Debe quedar perfectamente claro que no se esta reunificando el partido, porque contemporáneamente nunca estuvo dividido, esta resolución esta posibilitando que retornen aquellos que se habían ido. Quizás, para la UCR, pero fundamentalmente por consideración por todos los correligionarios radicales hubiera sido importante que ellos dijeran la verdadera motivación de sus deseos de retorno. Que deseaban regresar por cuanto se habían equivocado al irse. Debemos ser claros, ninguno vuelve con la misión de reunificar el partido ya que, reconociendo diferencias internas de interpretación de determinados hechos, el partido, si bien debilitado, pero no sólo por ausencias sino también por una sumatoria de circunstancias que le tocó vivir cuando siendo gobierno no pudo soportar las presiones recibidas desde otros partidos cuya única ambición es ostentar el poder, el partido se mantuvo cohesionado y buscando en todo momento el rumbo de la reconstrucción.
Orgullosamente podemos decir hoy, más allá de todas las suposiciones y especulaciones que se puedan realizar y concientes que seguramente todavía no estemos individualmente en condiciones de ganar elecciones, el partido tiene una existencia cierta y una base firme como para continuar el camino de retorno hacia la obtención del apoyo popular para volver a ser gobierno tanto en la Nación como en muchas provincias.
En todos estos años en los que nos tocó luchar contra la “antipolítica” y la campaña contra los partidos políticos, hubo una sola Unión Cívica Radical, la que tiene su sede central en la calle Alsina de la ciudad de Buenos Aires.

Es válido, como conclusión, y con el fin de evitar malos entendidos y perversas interpretaciones que se están haciendo sobre algunos deseos y algunos dichos del Doctor Raúl Alfonsin en lo que tiene que ver fundamentalmente con el tema de la unión de los argentinos. Leyendo sus libros, sus escritos, escuchando sus discursos, podemos conocer que en todo momento el pregonó para que los argentinos nos habituemos a convivir con honestidad, con respeto, cada uno con sus ideas, con sus proyectos pero con la mente abierta para recibir la preocupación del otro, su opinión disidente y que entendiéramos que la discusión, el debate, son herramientas imprescindibles para la búsqueda del bien común en democracia. Nunca pregonó una república de iguales, sino que siempre entendió necesaria la consolidación de las posturas grupales sustentadas en principios ideológicos, con el único compromiso de que todos debían subordinarse al bien de la República.
Finalizamos con una frase de Ricardo Alfonsin, (¿puede interpretar lo que pensaba Don Raúl?), publicada por el diario La Nación: “No hay país que pueda organizarse sin Partidos Políticos serios, estables y previsibles. Hoy asistimos ante liderazgos ocasionales que luego desaparecen.”
¿Esta claro?

No hay comentarios: