martes, 5 de mayo de 2009

“LA FUERZA MORAL”

Dr. GUSTAVO ARAMBURU

Hace mas de dos años se denuncio la entrega de tierras a un bajísimo costo en El Calafate, quedando las mismas en manos de Néstor Kirschner, la actual presidenta Cristina Kirschner y una buena cantidad de funcionarios provinciales y nacionales.
Según informaciones periodísticas los Kirschner tienen más de 141.000 m2 de tierras en la zona residencial y de chacras. El ex presidente vendió por ejemplo un terreno de 20.000 m2 en la zona del aeropuerto viejo a un grupo Chileno, que construirá allí un hipermercado. Según el diario El Mercurio, de Chile, se pagó por el predio 2.400.000 dólares. A Kirschner le había costado solo 50.000 dólares.
La causa judicial en la que se investiga esto, tiene como Fiscal a la sobrina de Néstor y Cristina, la hija de Alicia. No es una broma de Videomatch, es tan triste como cierto.
Es que el Kirschnerismo solo ofrece variantes prolijas de ocasión en la Capital Federal como el Banquero Carlos Heller, mas allá de la General Paz, si no alcanza con las candidaturas testimoniales, el clientelismo o la postulación de Nacha Guevara, para apuntalar la campaña se ha recurrido hasta las canciones de Ileana Calabró
Quizás algunos crean que basta con oponer un aparto financiero y publicitario similar al del oficialismo K, así De Narváez, puebla desde hace semanas, todo espacio de carteleras, spots televisivos, camionetas, promotoras, etc. Una fortuna estimada en US$ 200 millones que se nota impúdicamente, a tal punto que el 77% de los gastos que se hicieron en cartelería política en la Capital y el Gran Buenos Aires, pertenecen al referido empresario.
Para vencer al Kirschnerismo hace falta una gran fuerza moral, Moisés Lebensohn decía "... frente a la moral del éxito, del goce y del poder, representada en nuestra sociedad por la conquista del dinero y de las posiciones políticas y sociales, alcemos el tono moral de una generación que sintoniza los reclamos profundos de la hora y quiere ennoblecer sus días consagrándolos al servicio de un ideal nacional, confundido en un ideal de superación y dignificación de la condición humana..."

Quienes despidieron hace semanas a Alfonsín en las calles, se habían encolumnado un cuarto de siglo atrás para que se recuperara la republica, ese es el deber en esta hora, salvar la republica. Es una tarea que quizás excede al radicalismo, pero que es imposible de cumplir sin el en un rol protagónico.

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