domingo, 3 de mayo de 2009

“POLITICA Y PARTICIPACION”

Ing. MARIO JARAZ

El presente escrito tiene el objetivo de abordar dos temas que no por conocidos, especialmente de nombre, no requieran que diariamente nos ocupemos por conocerlos mejor para intentar la coherencia precisa entre el conocimiento, los dichos y los hechos.
Son temas de gran importancia en nuestras vidas y que no sería criticable se convirtieran en obsesión: LA POLITICA Y LA PARTICIPACIÓN.
Intentaré hacerles conocer mi pensamiento sobre algunas cuestiones que tienen que ver con estos singulares temas.
No voy a colocarme en el difícil espacio de querer definir lo que es la política, ya que me estaría introduciendo en un camino con gran cantidad de cruces, curvas y obstáculos, que no son difíciles de entender, pero que
tienen la gran virtud de complicarnos el razonamiento y hacernos transitar velozmente entre el enamoramiento por lo que significa la política y el repudio por lo que representa.
Dicen algunos estudiosos que la política es nada más que “el ejercicio del poder” en relación a un conflicto de intereses. Hay algunos que llevan esto al extremo fatalista de decir que: “la política es como un juego o dialéctica amigo-enemigo que tiene en la guerra su máxima expresión…” ó, por último: “ lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores usarían en su provecho…”.
Normalmente el paso del tiempo, el avance de la civilización, fue haciendo variar el sentido del término “política” hasta derivar en nuestros día en una definición más simple o menos beligerante que las anteriores que dice: “Política es la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin”.
Si pretendemos mirarla desde el punto de vista moral podríamos decir que:
“La política debe ser vista como una de las actividades más nobles del ser humano ya que implica una labor de servicio hacia los demás, viendo a estos como la generalidad o pueblo”
Podemos insertar otro razonamiento o definición que marca muy taxativamente un elemento que junta los puntos centrales de este escrito:
“La política es aquella práctica que se ocupa de gestionar, de resolver los conflictos colectivos y de crear cohesión social, y su resultado son decisiones OBLIGATORIAS PARA TODOS.”
Lo que hace la política es obligatorio para todos. (lo dicen las enciclopedias, no yo…)
Como vemos, se puede teorizar sobre la Política, se puede polemizar sobre sus funciones, sus alcances, su importancia.
Resulta realmente difícil, o tal vez inapropiado, intentar, en este momento tan impregnado de la palabra política, teorizar sobre su significado, investigar su etimología, tratar de bucear la historia, pero de alguna manera todos tenemos y aceptamos una versión de la misma, o por lo menos de lo que esperamos de ella.
Partiendo de lo que cada uno de nosotros cree que es la política,
es necesario pensar si la política tiene algo que ver con nuestras vidas.
En primer lugar podemos decir que aunque tengamos distintas visiones de lo que es la política, probablemente todos coincidamos en algo: frente a la política todos asumimos una actitud.
Algunos dirán: a mi la política no me interesa y otros demostrarán indiferencia frente a ella.
También están los que tienen una actitud de rechazo por la política, justificando la misma en el personal análisis de que la política es cosa de vagos y corruptos.
Otros seguramente compartirán el criterio de que: a mi la política no me va ni me viene, e indudablemente también encontraremos a los que opinen que la política es muy importante.
A todas y cada una de las posiciones y expresiones que sobre la política se puedan apreciar y escuchar debemos respetarlas dado que estarán seguramente motivadas por cuestiones y experiencias personales o colectivas.
Existe en nuestro País, en la conciencia colectiva, y no tiene sentido negarlo tratando de derivar responsabilidades, otra gran coincidencia: la opinión generalizada de la gente es que la política es una gran deudora de la sociedad y tal vez de esta afirmación provengan las diversas actitudes que frente a la misma se adoptan.
Pero pese a todas las diferencias, de opiniones, de criterios, de actitudes que cada uno tengamos con respecto a la política, existe una verdad irrebatible: LA POLITICA TIENE QUE VER CON NUESTRA VIDA.
Sus hechos, sus producidos, sus más, sus menos, tienen incidencia directa en nuestras vidas, en nuestros actos, en nuestros negocios, nuestra educación, salud y en todo aquello que conforma el gran abanico de “cosas” que constituyen una vida.
La política promueve hechos que nos benefician y provoca otros que nos perjudican.
NUNCA ES NEUTRA LA ACCION DE LA POLITICA.
Los producidos de la política hasta tienen que ver con nuestro nacimiento y con nuestra muerte. Casi nunca decidiendo el cuando, pero muchas veces decidiendo el como.
Debemos admitir que la política se funde con nuestra vida, se mezcla en ella y hasta es capaz de conducirla, por lo que, si somos concientes de ello, si nos damos cuenta de estas consecuencias, creo que es obligatorio decidir cual debe ser nuestra actitud frente a ella.
Aunque pueda sonar pretencioso por ser dicho por alguien que quiere y respeta a la verdadera política: actuar en la política es actuar por nuestra vida.
Pese a todos los claros y oscuros que aún podamos tener con relación a la política, existe un problema crucial y concreto que debemos necesariamente definir: ¿Que queremos ser con relación a la política:
Ser protagonistas o ser espectadores?.
Decisión sumamente trascendente.
Cualquiera de las dos posiciones que adoptemos tendrá directa incidencia en nuestras vidas y si bien ninguna nos da la certeza de que lograremos la realización plena, existen diferencias sustanciales entre ambas actitudes.
Hay una realidad: SER ESPECTADOR DE LOS HECHOS QUE PROVOCA LA POLITICA, NOS TRANSFORMA EN MEROS RECEPTORES DE SUS CONSECUENCIAS.
Siendo espectador uno va armando su vida según los principios, las ocurrencias y los caprichos de quienes están en el poder y adoptan las decisiones.
En un país democrático, que brinda la posibilidad de participar y votar, en cada elección que se realiza, con nuestro voto, tenemos la oportunidad de hacer conocer nuestro descontento, pero si no participamos deberemos esperar el paso del tiempo para ver que nuevas decisiones se adoptan para adecuarnos, actuar y vivir conforme a ellas.
La otra alternativa es ser PROTAGONISTA.
Ser protagonista no es simple ni fácil. Requiere dedicación, voluntad, constancia, conocimiento y convicciones y aparece en escena algo sumamente importante y fundamental: La ideología.
La ideología determina no solamente la linea de las soluciones para los problemas que entendemos se deben adoptar, sino también el grupo social o partido político al cual nos incorporaremos.
El interés por ser protagonista de la política nos lleva entonces a la necesidad de optar por un partido político que deberá ser aquel en el que encontremos armonía entre nuestra manera de entender y desear las soluciones y las posibilidades de actuar en el con la libertad e independencia necesarias.
Es preciso tener bien clara la diferencia que existe entre el participar en política y la búsqueda del cargo político.
La participación, es sinónimo de protagonismo, es una actitud que nos lleva a contribuir en la construcción de las soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad en la que vivimos, lo que no debe necesariamente estar emparentado con la búsqueda de un cargo público, pero si, seguramente, ser parte en la designación de los hombres que entendemos son los mejores para llevar adelante nuestra ideas.
Es imperioso tener claro al integrarse a un partido político que la pertenencia otorga beneficios pero también genera obligaciones. Del uso que cada uno de haga de los beneficios, del cumplimiento que cada uno tenga de sus obligaciones y del respeto que se tenga por la línea ideológica que define e identifica al partido, dependerá la vida y la trascendencia del grupo.
La pertenencia, el protagonismo que sugerimos, lo entendemos como un compromiso social, pero también personal.
Asimismo, el proponernos a participar, obliga a quien ya lo esta haciendo a superarse, a ser mejor.
Un partido político, su identificación con el y su trabajo constante y permanente aportando ideas y brindando conocimientos, nos entrega la posibilidad de sentirnos parte del diseño de nuestro destino, generador de proyectos que propendan a que tengamos una sociedad justa e igualitaria, y a ser custodio de una república que debe tener la virtud de otorgarnos futuro.
Todos con nuestra labor diaria, contribuimos al desarrollo de nuestra vida, con la posibilidad de tener un Estado que cumpla con sus obligaciones, y debemos sentirnos muy honrados y satisfechos por ello, pero si nos animamos a estar estaremos asumiendo la responsabilidad de ser parte activa del camino a recorrer.

Y esto, es muy gratificante. O no???

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